Como solemos decir, son tan importantes los excesos como los defectos. En el cuerpo humano las cantidades suelen ser bastante importantes, y eso de “más es mejor” no se suele cumplir. De la misma forma, con el consumo de sustancias externas (ya sean alimentos, bebidas o medicamentos) podemos hablar de la misma forma, y los excesos son tan perjudiciales como los defectos de consumo. En el caso de hoy volvemos a hablar de la testosterona, que curiosamente nombramos hace poco para advertir de que su uso externo artificial estaría relacionado con un mayor riesgo de infartos e ictus; pero esta vez hablaremos de su falta o menor cantidad en el cuerpo, ya que dicho déficit se ha llegado a relacionar con un mayor riesgo de depresión.
La falta de testosterona podría aumentar el riesgo de depresión
Al menos así lo afirma un reciente estudio a cargo de Michael S. Irwig y sus colegas, del Centro de Andrología de la Universidad George Washington. Según su investigación, los niveles borderline o limite de testosterona se habrían relacionado con mayores tasas de depresión y síntomas depresivos en más de la mitad de los hombres estudiados.
“Más de la mitad de los hombres con valores limite de testosterona tienen depresión. Este estudio ha demostrado que los hombres que buscan ayuda respecto a sus niveles borderline de testosterona tienen tasas más altas de depresión, síntomas depresivos, obesidad y baja actividad física. Los médicos deberían ser conscientes de estas características clínicas y gestionar correctamente las comorbilidades, como son la depresión o la obesidad”
Para llegar a esta conclusión, los investigadores estudiaron a 200 hombres de entre 20 y 77 años de edad con niveles bajos de testosterona (entre 200 y 350 nanogramos por decilitro). Tuvieron en cuenta información demográfica, antecedentes médicos, uso de medicación y los signos y síntomas de hipogonadismo por falta o déficit de testosterona.
Posteriormente, volvieron a medir y confirmar estos niveles bajos de testosterona y evaluaron la depresión de estos individuos mediante sus respectivos historiales médicos junto a un cuestionario de salud, el PHQ-9. En dicho cuestionario hasta el 56% de los hombres estudiados tenían síntomas significativos de depresión, tenían depresión diagnosticada y/o ya tomaban un antidepresivo. Por su parte, entre los síntomas más comunes se encontraban la disfunción eréctil (78%), la disminución de la libido (69%) y la baja energia (52%).
Esta tasa es significativamente más elevada que el 15 – 22% estándar de la población general en atención primaria, o el 5,6% de los adultos con sobrepeso y obesidad de Estados Unidos.
Además, para finalizar, cabe destacar la elevada prevalencia de sobepeso (39%) y obesidad (40%) entre los hombres estudiados, además de la baja actividad física, pues hasta el 51% de los hombreas confesó no realizar ningún tipo de ejercicio de forma regular.
Vía | PsychCentral.