Este es otro mito muy extendido, quizá mucho más que el que os he contado sobre las agujetas (sin ir más lejos, una de las personas a las que les comenté que escribiría este artículo, seguía creyendo que este mito es una realidad). Os hablaré ni más ni menos del mito sobre que la grasa abdominal es capaz de convertirse en músculo.
Vivimos en una sociedad y en una época donde siempre se busca el camino fácil para todo o casi todo (no hablemos del verano, donde se busca con un miserable mes de antelación una dieta milagro para lucir el bañador en la playa). Pero esto no funciona, nada en esta vida que pueda calificarse de milagroso puede llegar a ser factible, y mucho menos puede durar durante mucho tiempo (más bien poco). Las cosas se consiguen con esfuerzo, dejemos los milagros para las religiones y otras falacias.
Entre otros mitos que he podido encontrar, destacaremos 3 de ellos, que parecen ser los más extendidos y creídos a rajatabla sin poner ninguna duda cuando la típica persona de turno lo comenta en una reunión, y asegura que este método le ha ido bien a ella, a un familiar o a algún que otro amigo:
- La faja adelgazante (y milagrosa, visto lo visto): Incluso hay gimnasios que recomiendan este método (si vais a alguno de estos, yo lo cambiaría solo por esta burrada). El mito consiste en que la faja subirá la temperatura de una zona determinada, de la barriga en nuestro caso, haciendo que la transpiración de esta zona haga quemar las grasas. Pero esto es totalmente inverosímil e ilógico, ya que con el sudor se consigue eliminar simples líquidos, y poder acabar con una deshidratación de caballo si nos pasamos; pero en ningún caso se elimina grasa. Mito sin sentido si pensamos con un poco de sentido común y nos informamos un poco.
- Los abdominales adelgazan y “transforman” la grasa en músculo: Este mito ya es de milagro totalmente, y de ahí el título de este artículo sobre la “grasa mágica”. La base de esta creencia es que haciendo abdominales conseguiremos que la grasa almacenada en nuestro abdomen se irá, o que se transformará en la conocida tableta de cuadraditos de los culturistas. Nada más lejos de la realidad, ¡ojalá fuera todo tan fácil! (si fuera así, los actores de la película 300 ya me tendrían envidia, y no, no es así). Los abdominales solo afectan, como su nombre indica, a los músculos que componen la pared del abdomen, musculándolos y convirtiéndolos en una pared fuerte y marcada… Marcada desde dentro, porque si tenemos un mínimo de grasa externa, esto no se verá en ningún momento. Para eliminar la grasa no se hacen abdominales, sino que se necesita hacer ejercicio aeróbico (es decir, ejercicio como correr, donde trabajamos el aparato cardiorespiratorio, y no el muscular).
- Hacer giros con una barra reducen la cintura: Otro más de la lista de milagros. Similar al anterior mito de los abdominales, los giros de cintura solo fortalecen esa zona del cuerpo, sin afectar a la grasa, y solo afectando mínimamente al músculo. Para fortalecer de verdad vale más la pena los abdominales de toda la vida que esto, y ni de broma es factible pensar que eliminaremos grasa.
Para terminar, solo me queda decir que para evitar estos y otros mitos solo es necesario poner un poco de sentido común e informarnos como debemos antes de creer en nada de esto. Hoy en día hay estudios sobre casi todo, y por leer que no sea. Puntualizar, además, que para perder grasa el único método real que existe es hacer ejercicio físico y seguir una dieta saludable, evitando las dietas milagro (rápidas, pero con un efecto rebote brutal) y comiendo de todo, y de verdad.