Seguro que muchos de vosotros habéis oído hablar de los famosos pintalabios que cambian de color al utilizarlos. Muchas bloggers de moda han hecho crecer su fama, especialmente en el último año, por la curiosa virtud de cambiar de color según la persona que los utiliza. Además, afirman contener aceite de argán, tan famoso por sus maravillosas propiedades y, como broche, los precios a los que se vende en internet son irrisorios.
Sin embargo, en el mes de marzo la OCU lanzó un comunicado en el que afirmaban que parte de las características con las que se publicitan son falsas y que, además, ni están etiquetados siguiendo la normativa, ni son tan inocuos como se afirma.
¿Son realmente tan mágicos estos pintalabios?
Según los proveedores de estos pintalabios (fabricados en Taiwan, al contrario de lo que se publicita), la causa del cambio de color es un viraje en su pigmentación debido a los cambios de pH. En realidad, los responsables de este cambio son unos pigmentos sintéticos llamados bromoácidos, que sí que cambian con el pH, pero ante unos cambios mucho mayores que los que se producen entre unas pieles y otras. Lo que ocurre es que en la barra de labios, se encuentran en condiciones anhidras (sin humedad), mientras que, al ponerlos en contacto con la humedad de la piel, el color vira a tonos rosados o rojizos. En cuanto a la variación del tono de la piel, aunque la OCU no da una explicación para esto, cabe pensar que más que por la piel en sí, la variación de color se produzca por el nivel de humedad. Es decir, no será igual el tono de una persona con los labios muy secos, que el de otra que los tenga más húmedos.
Hasta aquí, nada parece malo para la salud. El problema reside en que se usa como conservante el propilparaben, una sustancia que, en algunas concentraciones, se relaciona con procesos cancerosos.
Entonces, ¿no debemos comprar estos pintalabios?
Realmente, queda en manos del consumidor si adquirir o no este tipo de pintalabios. Sí que es cierto que muchísimos cosméticos de uso diario incluyen parabenos, pero al menos lo anuncian en el etiquetado, de modo que podemos elegir si los consumimos o no. Sea como sea, a raíz de estas noticias, han aparecido en el mercado nuevas alternativas, los conocidos como “pintalabios camaleón”. Éstos no contienen parabenos y, además, incluyen sustancias hidratantes como la manteca de karité, la rosa mosqueta y el aloe vera.
Por lo tanto, si bien es cierto que nacimos sin maquillar y que usar cosméticos implicar cubrir nuestra piel con sustancias que naturalmente no la cubren, algunas variantes de estos pintalabios no perjudican de la manera que se cree. Además, una barra de labios amarilla que pinta rosa, no se grietea y dura horas y horas beses, bebas o comas, tiene su aquel. ¿Para qué negarlo?