De forma cotidiana se suele usar la palabra narcisismo como una cualidad más negativa que positiva. OJO, todos los excesos son malos, y tener una personalidad narcisista de libro puede serlo, pero tener ciertos rasgos de esta no. Se suele asociar a términos como egoismo o egocentrismo, es decir, personas que solo miran por su propio bienestar como prioridad de vida. Ahora bien, ¿qué puede tener que ver este tipo de personalidad con llegar a ser una persona de éxito? Bastante.
Las personas narcisistas llevan los negocios al éxito
Resulta que los negocios y el narcisismo tienen muchísimo que ver, y no es tan malo como se pinta. ¿Por qué? Pues porque para crear, dirigir y trabajar en un negocio propio hay que darle dedicación, determinación, valor y sobre todo estar completamente apasionado por las ideas de uno mismo, de una forma tal que casi podría llamarse obsesión. Una obsesión que se da en el narcisismo, una personalidad donde un individuo está enamorado de sus ideas. Es confiar ciegamente en algo propio.
Como comprenderéis, para salirse de lo común y saltar a lo desconocido (como sucede en la creación de un nuevo negocio), hay que tener una buena razón. No se es empresario de la noche a la mañana, ni se invierte cada céntimo de tu dinero, horas interminables de trabajo o deudas por placer. No, el tipo de personas que hacen este tipo de cosas han pasado mucho tiempo mirándose a si mismos, como Narciso, enamorándose de ellos y de sus propias ideas. Han gastado mucho tiempo en valorar lo propio, y en creer que ellos son más valiosos que el resto. Y lo han hecho solos, animándose a si mismos.
La capacidad de venderse y de ser un líder, otras de las claves del narcisismo
Por otra parte, ¿quién puede venderse mejor que alguien que cree ciegamente en si mismo? Es evidente que una persona narcisista lo tiene francamente fácil, y por ello los grandes genios del marketing tienen tendencias narcisistas. No tienen miedo de hablar sobre lo que hacen, exigen un pago justo por su trabajo, y no suelen permitir rechazos que estropeen su ambición. Son capaces de aguantar que les digan diez mil veces que no y seguir adelante, reavivando su amor propio sin ayuda, y buscando a la persona que les acabará dando la oportunidad que creen que merecen. Algunos lo llamarán arrogancia, si, ¿pero es eficaz? Clarísimamente, SI.
Posteriormente, llega el momento donde consiguen lo que quieren y acaban asumiendo el papel de liderazgo. ¿Acaban ayudando a los demás para ayudarse a si mismos? Pues si, en resumidas cuentas, un narcisista mantiene productivos a los de su alrededor para autocatapultarse al éxito propio. Son líderes extraordinarios porque saben lo que quieren, no se dejan manipular, y cuidan y protegen a los que contribuyen a su éxito. No les empujan las circunstancias y siempre mantienen la moral y la confianza alta. Y, es evidente, la gente prefiere seguir a un ganador, y un narcisista siempre se ve a si mismo con eso: Un ganador.
Los narcisistas saben lo que quieren, y saben como conseguirlo
Finalmente, los rasgos narcisistas mantienen a una persona enfocada y orientada a unos objetivos. Una vez ha tomado una decisión, el individuo narcisista tendrá pocos obstáculos para lograr lo que quiere. Incluso factores como la coacción o la impaciencia entran dentro de las formas de impulsar a una persona a la cima, simplemente porque creen que se merecen estar ahí, que tienen derecho a estarlo.
Como curiosidad, para concluir, tenemos el ejemplo del difunto (y muy admirado por mi parte) ex-CEO de Apple, Steve Jobs. No solo era todo un genio, sino también un narcisista (¿sopresa? no tanto). En el libro sobre su vida llamado El verdadero genio de Steve Jobs se habla de él como un hombre complicado y agotador, con algunas frases curiosas:
“Se detiene tras conducir a cien kilómetros por hora, toca la bocina furioso porque el oficial tarda mucho en tomar nota sobre la compra de entradas y luego reanuda su viaje a cien kilómetros por hora. Se sienta en un restaurante y hace que le cambien la comida hasta tres veces. Llega a su suite del hotel de Nueva York para las entrevistas con la prensa y decide, a las 10 pm, que el piano debe ser recolocado, que las fresas no son adecuadas, y que las flores están mal… El gran logro de la vida de Jobs es la eficacia con la que puso sus idiosincrasias – su petulancia, su narcisismo y su mala educación – al servicio de la perfección”
Así pues, si creeis que en alguna ocasión estáis mirando demasiado por vosotros mismos, pero aún así os gusta lo que veis, no tengáis miedo. Quererse a mucho uno mismo es muy difícil, lograrlo es casi imposible, pero conseguirlo significa tener la oportunidad de llegar a la cima del éxito.
Vía | Wall Street Insanity.