No, la religión NO nos hace más generosos

“Dad y se os dará; una medida buena, apretada, remecida, rebosante pondrán en el halda de vuestros vestidos. Porque con la medida con que midáis se os medirá.” Así terminaba de perfilar Lucas el capítulo 6 de su Evangelio.

Por otro lado, podemos leer en la sexagésima sura del Korán, comúnmente denominada La Sura de la Examinada, la siguiente aleya (octava):

“Alá no os prohíbe que seáis buenos y equitativos con quienes no han combatido contra vosotros por causa de la religión, ni os han expulsado de vuestros hogares. Alá ama a los que son equitativos.”

El verdadero papel de las religiones

Religio

Muchas familias piensan que la religión es fundamental en la educación de un niño para su desarrollo moral y, según un estudio realizado por un grupo de investigadores liderados por el Profesor Jean Decety, de la Universidad de Chicago, de hecho lo es, pero veamos de qué forma.

El estudio reunió a 1.170 niños de seis países diferentes, entre los cuales se encuentran Jordania, Sudáfrica, Turquía, Estados Unidos, China y Canadá. El rango de edad de los niños se movía entre 5 y 12 años. Así pues, para evaluar el altruismo de los niños, utilizaron como medida la tendencia a compartir. Por otra parte, estudiaron también la propensión de los niños para juzgar o castigar “malos” comportamientos.

Para evaluar la tendencia a compartir, los investigadores idearon una versión del Juego del Dictador pero en el que, en este caso, los niños poseían pegatinas. He de aclarar que el Juego del Dictador  es un método comúnmente reconocido para evaluar el altruismo. En esta versión del “juego”, a los niños se les entregaron 10 pegatinas, y se les dio la oportunidad de compartirlas con otros niños desconocidos. De forma que se consideraba como medida de la tendencia a compartir la cantidad de pegatinas que los niños que poseían pegatinas daban a los otros.

Para evaluar la propensión de los niños a establecer juicios, los niños tuvieron que ver unos “dibujitos” en los que uno de los personajes golpea o empuja a otro, ya fuera de forma accidental o deliberadamente. Así, después de visualizar las animaciones, se les preguntó a los niños acerca del comportamiento de los personajes y cuánto castigo merecían los que ellos considerasen.

Los resultados fueron los siguientes: los niños provenientes de hogares autodenominados cristianos y musulmanes, compartieron sus pegatinas de forma significativamente menor que los que provenían de familias que usaron etiquetas para referirse a sí mismas como no religiosas. Además, recordemos que el rango de edad seleccionado se movía entre los 5 y los 12 años, la relación negativa entre altruismo y religión fue haciéndose mayor con la edad, de forma que los niños que menos compartieron sus pegatinas fueron los que habían vivido durante más tiempo en un ambiente religioso.

Por otro lado, los niños educados en ambientes religiosos tendieron a castigar con mayor dureza las acciones consideradas como antisociales y establecieron juicios  más severos que los niños de familias no religiosas. De esta forma se completan los estudios anteriores realizados en adultos en los que se describió la relación directa entre religiosidad y tendencia a establecer juicios severos hacia ofensas entre personas.

Concluiremos de la mano del líder la investigación, el Dr. Decety:

“En conjunto, los resultados revelan que en todos los países de estudio la religión influencia negativamente el altruismo infantil, cuestionando el punto de vista de que la religión facilita comportamientos sociales y que es vital para el desarrollo moral, por lo que la secularización de la moral no sólo no reduciría la bondad humana, sino que, de hecho, sucedería lo contrario.

Fuente: Current Biology

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