Ya no es ningún secreto que la tecnología forma parte íntegramente de nuestro día a día. No es algo más, sino que es un todo, una integración total. Tanto es así que nuestro cerebro, dentro de su gran plasticidad, ha acabado por acostumbrarse completamente a ella. Hasta tal nivel que reconoce e interpreta los emoticonos como si viera caras reales.
Así lo ha demostrado un estudio a cargo del Dr. Owen Churches, de la Escuela de Psicología de la Universidad de Flinders (Adelaida), el cual ha encontrado que nuestro cerebro reacciona de la misma manera a un rostro humano que a un emoticono.
Por ejemplo, cuando vemos una cara en nuestro cerebro reaccionan zonas muy específicas para reconocerla, como la corteza occipitotemporal. Si la cara está al revés, también hay una reaccion cerebral específica para reconocer que esa no es la posición natural. Esto se sabe gracias a las técnicas de imagen cerebral.
Pero el Dr. Churches tuvo curiosidad, y comprobó como reaccionaba el cerebro delante de los emoticonos, en comparación a los rostros humanos. La sorpresa vino cuando resultó que, en 20 voluntarios del estudio, los emoticonos eran interpretados de la misma manera que los rostros tradicionales. Eso si, solo cuando se escribían de izquierda a derecha (como por ejemplo). Si se ponía el icono al revés (de derecha a izquieda, como ); por ejemplo) la reacción no era la esperada. Es decir, los emoticonos escritos de forma “normal” si se interpretaban, pero si se escribían a la inversa, la reacción cerebral no era la misma que al ver un rostro al revés.
La conclusión que sacó el Dr. Churches, cuyo estudio se ha publicado en la revista Social Neuroscience, es que los seres humanos han desarrollado una forma de leer un rostro de la misma manera que un emoticono, pero no su inversa. En el estudio también se buscó saber la reacción delante de cadenas de caracteres sin sentido como controles o flechas.
“Los emoticonos son una nueva forma de lenguaje que estamos creando, y para descifrar tal lenguaje hemos creado un patrón de actividad cerebral específico. No existe una respuesta neural innata a estos emoticonos, sino que es un patrón cerebral totalmente nuevo, ya que dichos emoticonos no existían antes de 1982. Es una respuesta cerebral totalmente aprendida, es algo increíble”
Como curiosidad, cabe destacar que el origen de los emoticonos es incierto. Se especula con una transcripción que hizo el periódico The New York Times de un discurso de Abraham Lincoln donde se incluye el texto “aplausos y risas ” pero hay cierta polémica sobre si se trata realmente de una representación de un guiño o si fue un error.
Por otra parte, el primer uso documentado del emoticono “ ” data de 1982 a cargo de Scott Fahlman, el cual pidió en un foro de científicos de la computación de la Universidad Carnegie Mellon que se usara como un marcador de broma para evitar malentendidos.
Vía | Social Neuroscience.