Un nuevo estudio publicado en la revista British Journal of Sports Medicine ha constatado que el ejercicio en las personas mayores ayuda a evitar la depresión, la demencia y otros problemas de salud, como las enfermedades cardíacas, el cáncer y la diabetes.
Bueno, vale, quizás para muchos no dice nada nuevo, porque los efectos beneficiosos del deporte son bien conocidos. La posible novedad del trabajo está en que, aparentemente, “nunca es tarde si la dicha es buena”, como dice el conocido refrán. Es decir, que nunca es tarde para beneficiarse de las bondades de la actividad física: en el estudio, incluso los adultos que no habían empezado a hacer ejercicio hasta que eran mayores podían aumentar en tres veces sus probabilidades de envejecer de forma saludable, según los investigadores. Ya no vale la excusa de “soy demasiado mayor”.
Este tipo de trabajos cobran cada vez más importancia, puesto que vivimos en una sociedad cada vez “más anciana”, como indican los investigadores, del Colegio Universitario de Londres (Inglaterra). En este sentido, es importante que se anime a envejecer de manera sana, puesto que es beneficioso y los pequeños cambios también se relacionan con un envejecimiento más sano.
Beneficios del ejercicio
Entre los efectos favorables del ejercicio se incluyen una mejor circulación y una mejora en la salud ósea, muscular, cardiovascular y de los órganos. Y también hay beneficios para el cerebro a partir del ejercicio regular, ya que aumenta la comunicación entre las neuronas y ralentiza la pérdida de tejido cerebral asociada con el envejecimiento y el deterioro mental.
Recientemente otros trabajos han destacado los beneficios del deporte en la tercera edad. Una revisión de 17 estudios publicada en bmj.com aseguraba que el entrenamiento del equilibrio parece evitar las caídas de las personas mayores. Las caídas constituyen una causa importante de lesiones, de incapacidad e incluso de muerte en los ancianos (es la causa principal de muerte por lesiones en mayores de 65 años). Otro trabajo llevado a cabo en la Universidad de Texas indicaba también recientemente que los ejercicios aeróbicos podrían mejorar la salud cerebral de los adultos mayores. Y otro estudio financiado por el Instituto Nacional para la Investigación de la Salud y la Fundación Británica del Corazón afirmaba este mismo noviembre que, al menos en hombres, caminar más reduce el riesgo de tener un accidente cerebrovascular.
Más allá del estudio, los autores del trabajo ofrecen consejos sobre cómo motivar y respaldar a las personas de todas las edades a moverse y a seguir moviéndose, puesto que hay una resistencia innegable por parte de las personas que no hacen ejercicio ante la idea de moverse. A nivel individual, sugieren, podría insistirse suavemente a familiares y amigos a ser acompañantes en paseos regulares, en las clases de baile o de yoga o al usar un DVD de ejercicio. Porque hacer deporte con alguien es una motivación real (entrenador personal cualificado, clases de acondicionamiento físico en el gimnasio local, unirse a caminatas con grupos interesados o participar en carreras ligeras).
El estudio
Para realizar el estudio, los científicos recogieron los datos de casi 3.500 personas con una media de 64 años de edad que participaron en el estudio longitudinal inglés sobre el envejecimiento. Como parte del estudio, los participantes informaron sobre su nivel de actividad física cada dos años entre 2002-2003 y entre 2010-2011, y fueron categorizados a según la cantidad de ejercicio que realizaban cada semana (inactivos, moderados e intensos). Además, los investigadores realizaron un seguimiento de los problemas graves de salud (enfermedades cardiacas, accidente cerebrovascular, diabetes, enfisema y Alzheimer).
Durante 8 años, casi uno de cada 10 participantes se volvió activo y el 70% siguió siendo activo. Los demás siguieron siendo inactivos o se volvieron inactivos. Al final del estudio, casi el 40% de los participantes contrajo una afección médica crónica, casi el 20% se encontraba deprimido, el 20% presentaba una discapacidad mental y una tercera parte sufría algún tipo de discapacidad.
Pero 1 de cada 5 fue considerado por los investigadores como una “persona que envejece de forma sana”. Asimismo, hubo una asociación directa entre el envejecimiento sano y el ejercicio. Las personas que participaban en una actividad física moderada o intensa al menos una vez a la semana tenían entre 3 y 4 veces más probabilidades de envejecer de forma sana. Además, las personas que eran activas al inicio del estudio tenían siete veces más probabilidades de envejecer de forma sana que las que eran inactivas y siguieron siéndolo.
Fuente | Medline
Imagen | eljoja