La comida rápida y el azúcar son los evidentes problemas nutricionales de nuestro siglo. Y no es para menos, la comida rápida es uno de los enemigos públicos de la salud en general por su aumento de riesgo de enfermedades cardiovasculares e incluso depresión o problemas de memoria. Ahora bien, también hemos estado ligando este tipo de comida rápida o “comida basura” a la gran epidemia de obesidad actual (mucho más perceptible en EE.UU., sin dejar de lado otros países occidentales).
Pero… ¿y si os dijera que la comida rápida y los refrescos azucarados NO son los factores clave de la obesidad? Eso precisamente es lo que ha concluido un reciente estudio por parte de la Universidad de Cornell, e intuyo que va a levantar cierta polémica al respecto.
La comida rápida y los refrescos no son la causa de la obesidad
Una cosa es evidente, y lo advertimos antes de que se malinterprete el estudio en sí o este artículo en particular: La comida rápida, los refrescos y la sal NO son buenos para la salud.
Ahora, por otra parte, tenemos los resultados de este nuevo estudio publicado en Obesity Science & Practice, en los cuales no se discuten los perjuicios de este tipo de alimentos sobre la salud; pero, eso sí, los disculpan: No existen diferencias significativas en el grado de obesidad respecto al consumo o no de estos alimentos.
La duda lógica en este caso sería: ¿Cuál es la causa de la obesidad, si la comida rápida y el azúcar no son la clave? Pues, según los investigadores, el verdadero problema es el exceso de consumo alimentario en sí mismo. O como dicen ellos: Demasiados estadounidenses comen demasiado.
Así lo comentan los investigadores:
“Estos alimentos son claramente perjudiciales para nosotros, y si comemos muchos de ellos, acumularemos grasa. Sin embargo, ese no parece ser el factor esencial que provoca el sobrepeso y la obesidad. Para el 95% del país no parece haber una clara relación entre el consumo de comida rápida o comida basura y su peso. Es decir, tan solo el hecho de consumir comida basura no parece provocar el exceso de peso que vemos actualmente”
Durante el estudio, para llegar a estos hallazgos, los investigadores usaron la Encuesta Nacional de Nutrición de 2007-2008 realizada a 5.000 adultos de los Estados Unidos. Y, según las respuestas esgrimidas por los encuestados, en el 95% de ellos no parecía haber relación entre el consumo (o no) de refrescos, comida rápida o dulces y el sobrepeso u obesidad. Ahora bien, las excepciones estaban en los extremos: Los más obesos eran los que más cantidad de comida rápida y menos cantidad de frutas y verduras consumían.
En otras palabras, el problema no es el consumo de este tipo de mala-comida en sí mismo, sino la cantidad en exceso. El otro problema es que dicha comida rápida provoca mecanismos adictivos en nuestro cerebro, que nos hacen proclives a seguir comiendo el mismo tipo de comida, lo que en consecuencia nos hace aumentar la cantidad de alimento y acabar en obesidad.
No malinterpretemos resultados: La comida rápida NO es buena para la salud
De nuevo, y para finalizar, queremos hacer hincapié en algo que parece evidente pero a veces no se ve como tal: La comida rápida, dulces, refrescos y demás productos con exceso de azúcar son terriblemente perjudiciales para la salud. Diversas investigaciones han encontrado claros vínculos entre esta comida y las enfermedades cardíacas, la diabetes tipo 2 y el riesgo de muerte prematura.
Lo que dice este estudio, para que nos entendamos, es lo que solemos repetir siempre: Los excesos no son buenos.
Consumir comida rápida de vez en cuando y por si sola no provoca la obesidad, según este estudio, pero el exceso calórico sí mismo. Y precisamente este tipo de comida destaca por dos cosas: Exceso calórico y facilidad para desencadenar antojos por comer más y más comida de este estilo, convirtiéndola en un círculo vicioso de alimentación nada saludable.
Vía | Chicago Tribune.