Obesos que se ven delgados y sanos: La Megarexia.

Los trastornos de la conducta alimentaria son bien conocidos y uno de los mayores temores de los padres con hijos, y sobre todo hijas, adolescentes que bajo la presión del modelo socialmente aceptado de individuo guapo, de éxito, seductor, etc…. son los más propensos a caer  en este tipo de trastornos, al menos los que todos conocemos: la anorexia y la bulimia.

En estos trastornos, los enfermos ven una imagen distorsionada de si mismos viéndose gordos y, por tanto, utilizan todo tipo de técnicas para adelgazar (en el caso de las anoréxicas lo más característico es la restricción, es decir, dejar de comer, aunque también pueden utilizar métodos purgativos como el vómito, mientras que en las bulímicas los más característico serían los atracones y las conductas purgativas)

Como decíamos, todos hemos oído hablar de estos trastornos, pero ¿Habeis oído hablar alguna vez de personas obesas que se ven delgadas cuándo se miran al espejo? Pues efectivamente, existe tal trastorno, se llama megarexia y fue así bautizado por Jaime Brugos, un nutricionista madrileño.

Estos enfermos son personas obesas que se gustan cuando se ven al espejo,se ven delgados y sanos, y por esto comen tanto cuánto quieren y todo lo que quieren. Uno de los mayores problemas es que no se cuidan, no comen sano, su dieta se basa sobre todo en comidas hipercaloricas, comida preparada, comida basura, postres, etc… vamos, lo que una madre cualquiera llamaría “cochinadas”. Bueno, pues estas personas entran así en un círculo vicioso en el que comen cochinadas, engordan, se ven bien, por tanto siguen comiendo cochinadas y engordan más.

Por otra parte, este es un trastorno todavía muy  desconocido. No podemos saber cuánta gente sufre de esta enfermedad aunque se calcula que podría haber unos 10 megaréxicos por cada anoréxico. Son sólo cifras aproximadas pero, pensando en la epidemia que supone hoy en día la obesidad a nivel mundial, bien podrían ser ciertas, y bien podría este trastorno ir a más en relación directa con la obesidad.

Así que, padres y madres, y lectores en general,  a partir de hoy no sólo vamos a tener que preocuparnos por si nuestros hijos o amigos no se ven bien con su cuerpo, sino también de si se ven “demasiado bien” . Deberíamos alertarnos ante toda percepción que no cuadre con la realidad, ya que estas personas no pueden detectar su enfermedad, debemos ser quienes estamos a su alrededor los que demos la señal de alarma y entonces sí dependerá de ellos recorrer el camino hacia la curación de este trastorno psicológico. Un camino difícil pero cuyo final se puede alcanzar.

Fuentes: Nutrición Pro/Psicoterapia radioactiva

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