Un día cualquiera, sales de la ducha tranquilamente, con la música sonando a toda pastilla. Llegas a tu habitación y todavía bailoteando empiezas a vestirte y, al ponerte el sostén, notas algo duro en el pecho…así que te miras al espejo y buscas cualquier bulto con los dedos ¡Ahí está! Lo notas perfectamente, redondo, puedes palpar todo su contorno… ¡Oh Dios mío! ¡Tengo un bulto en la teta! ¿Qué hago? ¿Voy al médico? ¿Y si tengo cáncer? ¿Hay casos de cáncer de mama en mi familia? ¿Llamo a alguien? ¿A mi madre?…
Todas estas preguntas y muchas más pasan por tu cabeza. Al final decides no decir nada a nadie, te armas de valor, y sales corriendo hacia urgencias del hospital más cercano. Allí una señorita muy amable te invita a esperar hasta que te pueda ver el ginecólogo de guardia. En la sala de espera más preguntas vienen a tu cabeza y empiezas incluso a tomar decisiones. ¿Podré seguir con la carrera mientras sigo la quimio? Mi familia querrá estar cerca de mí, pero si vuelvo a casa no podré seguir con los estudios… ¿Y si los dejo parados hasta que esto se supere? ¡Qué tontería! Hoy en día todo el mundo lo supera, debería seguir como si no pasara nada… Al final el ginecólogo te visita y te dice que no es nada, el bultito es benigno, se tiene que controlar pero no hay peligro.
Como habréis notado, hoy no voy a hablaros de las últimas novedades en ciencia y salud. Hoy voy a dedicar este pequeño espacio con el que puedo dirigirme a tantas y tantas personas que de otro modo no podría para informar y animar, desde mi experiencia personal, a otras mujeres que en estos mismos momentos puedan sentirse preocupadas porque un día descubrieron que tenían “un bulto en la mama”.
En los tiempos que vivimos, el cáncer de mama se ha vuelto tan frecuente entre las mujeres, que el susto que nos llevamos al hacer tal descubrimiento nos puede volver realmente paranoicas cuando la mayoría de las veces, sobretodo en mujeres jóvenes no es más que, como en mi caso, un fibroadenoma, un tumor benigno que NO evoluciona a cáncer de mama.
Como ya hemos dicho se trata de un tumor benigno de la mama. Está formado por tejido fibroso y glandular. Son tumores muy comunes entre mujeres jóvenes, entre 15 y 39 años, tan comunes que se encuentran aproximadamente en el 10% de estas mujeres. Son masas generalmente de 1 a 5 cm, lisas, gomosas, indoloras, de borde definido y que se pueden mover fácilmente.
Su causa es desconocida. No producen ningún síntoma, por ello suelen ser un descubrimiento casual por la propia mujer o en un examen rutinario.
En principio no se tratan. Se realiza un seguimiento del tumor mediante visitas anuales al ginecólogo, ecografías y mamografías. Se recomienda su extirpación quirúrgica bajo anestesia local o general en mujeres mayores de 30 años y si el bulto es doloroso, grande, crece o cambia de forma.
El fibroadenoma se elimina totalmente y no recidiva, aunque sí es muy común que vuelvan a aparecer otros fibroadenomas, pero son totalmente nuevos y no tienen que ver con el ya extirpado.
En mi caso, tras dos años de seguimiento por el ginecólogo, el tumor había crecido un poco, así que decidí someterme a cirugía. Ayer mismo me lo extirparon bajo anestesia general. Ni siquiera me enteré cuando me anestesiaron. Estaba acostada en la mesa de quirófano y de repente abrí los ojos en la sala de anestesia, oí una voz que me decía -“ya estás operada, ha ido todo muy bien”- y pensé –“¡venga ya! ¡Si no recuerdo ni haber contado de 10 hacia atrás!”.
Entré en quirófano a las 8:30 y a las 11 ya estaba por allí levantada, había bebido y comido, y sólo me quedaba esperar a que viniera el cirujano a decirme que me podía ir.
Además, seguramente no me quede nada de cicatriz. Me pusieron puntos intradérmicos, así que ni siquiera tengo que ir a hacerme ninguna cura, puedo hacer vida normal, sólo he de cuidar que no se infecte la herida, cambiar las gasas, y esperar a que los puntos se absorban solos.
Espero que mi experiencia sirva de empujoncito a algunas de nuestras lectoras y si alguna quiere hablar del tema y no se atreve a dejar un comentario público puede enviarme un email a [email protected] e intentaré ayudar en lo posible.
Fuentes: Salud/Cáncer.org/Diario Médico/Experiencia personal