Órganos artificiales: Los cyborgs del futuro

Hace un tiempo ya se hablo en Medciencia sobre un par de maneras estudiadas para crear vasos sanguíneos artificiales. Por una parte a partir de cultivos de células de músculo liso, y por otra a partir de un molde, como los que se usan en la industria alimentaria y de deshacen con facilidad. Este último ya se acercaba al objetivo de crear órganos completos, al menos era la base de esto. Pues bien, la cosa va avanzando, y según una una investigación publicada en Nature Materials, los órganos cyborgs están cada vez más cerca.

Según Robert Langer, coautor del estudio y profesor en el MIT (Massachusetts Institute of Technology), la idea final es crear un tejido u órgano completo, implementarlo en el cuerpo, y poder controlar sus sistemas de inflamación, posible rechazo, y por supuesto sus indicadores de salud. Controlarlo completamente como si de biosensores se tratara.

La idea de este grupo de investigadores ha consistido en hacer crecer nanocables de silicio, con diámetros de unas 1.000 veces más pequeños que el ancho de un pelo humano y una buena sensibilidad eléctrica, capaz de detectar menos de una milésima parte de un vatio de potencia.

De la misma forma que los vasos sanguíneos que os comenté hace un tiempo, donde se usaba un molde, estos nanocables de silicio también necesitan un “esqueleto” externo. Después de construirlo, las células se “siembran” en este molde, como si fueran semillas de plantas. Estas células crecen alrededor de la estructura formando el tejido u órgano deseado. Se han llegado a crear tejidos cardíacos, neurales y tejido muscular gracias a este método.

Gracias a este método de creación de tejidos artificiales, estos se pueden monitorizar, y controlar así sus reacciones internas. Por ejemplo, se puede saber si reaccionan mal a un fármaco, si se produce algún tipo de inflamación, etc. Parece complicado, pero según Langer, si esto se consigue llevar a un uso aceptable, podría ser más económico que usar trasplantes de órganos vivos como los trasplantes de corazón actuales.

De momento, los materiales que se usan para estos órganos artificiales parecen ser seguros. Además, el mismo Langer, coautor del estudio, también ha trabajado en otras tecnologías con sustancias nanométricas para curar tumores sin provocar efectos secundarios como los fármacos actuales (quimio o radioterapia).

No se vosotros, pero yo, entre los vasos sanguíneos artificiales, los órganos cyborg y el estudio del que os hablé el otro día sobre un software capaz de detectar peligros y huir como los humanos… ya no veo tan lejos eso de ver pronto un “terminator” o algo peor por la calle, ¿no? Esperemos que no acaben las cosas como en las películas, por supuesto.

Eso si, que no cunda el pánico, como dice Langer, para esto aún quedan varios años de investigación, ensayos y pruebas, tanto en animales como en humanos. Tiempo al tiempo.

Vía: CNN.

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