Son muchas las prácticas y las curiosidades que descubrimos sobre el sexo a través de películas, de libros, páginas web, etc. Muchas de ellas nos suenan, muchas otras no sabemos exactamente en qué consisten, algunas las hemos llevado a la práctica, otras las llevaremos a cabo, otras ni se nos pasan por la cabeza.
Muchas de ellas son prácticas menos comunes, que no todo el mundo practica, pero que igualmente son aceptadas. Son peculiaridades eróticas que, en mayor o menor medida, están presentes dentro de nuestro repertorio sexual, como practicar sexo al aire libre con la posibilidad de alguien nos vea o utilizar esposas para atar a la otra persona. Esto puede resultarnos muy excitante y no tiene por qué se extraño y mucho menos, malo.
Pero, ¿qué pasa cuando nuestras prácticas sexuales van más allá?, ¿qué pasa si sólo me excito con un tipo de práctica en concreto?, ¿existen sitios donde llevar a cabo esas prácticas? Como hemos dicho en muchas ocasiones, la sexualidad es muy amplia y existenten tantas sexualidades como personas, por tanto, cada uno de nosotros la viva a su manera, siempre desde el respecto y de forma saludable.
Hoy te hablaremos de peculiaridades eróticas, parafilias y BDSM, sus similitudes, pero también sus grandes diferencias.
Peculiaridades vs. Parafilias
Cuando hablamos de peculiaridades sexuales (o prácticas no convencionales) nos referimos a eso, prácticas peculiares, menos habituales pero que son aceptadas, es decir, aunque no todos las practiquemos, sabemos que existen. Algunas de estas prácticas pueden ser: mirar o dejarse ver mientras mantenemos relaciones sexuales (vouyeur, exhibicionista), utilizar una prenda u objeto concreto durante las relaciones sexuales (fetiche), atar o dejarse atar, pegar o dejarse pegar, dominar o someterse (BDSM), entre muchas otras más.
Estas prácticas siempre son consensuadas entre las dos o más personas que vayan a llevarla a cabo, son excitantes y las podemos incluir en nuestro repertorio sexual como una más, practicarlas de vez en cuando y disfrutar de ellas.
Cuando hablamos de parafilias hacemos referencia a prácticas sexuales que van más allá, su fuente de placer se centra en otra actividad o cosa que no es sólo el coito. Es considerada una patología ya que la persona que las lleva a cabo se excita única y exclusivamente con ese tipo de práctica en concreto y difícilmente con otras.
Muchas de estas prácticas no son consentidas e incluso algunas son ilegales (relaciones sexuales con cadáveres, animales, niños, etc.) así como muy poco comunes (comer heces, orinar encima de alguien o que orinen encima tuya, recibir choques eléctricos, etc.).
Muchas de estas prácticas no son consensuadas y la persona solo desea llevar a cabo esa práctica en concreto ya que nada más le excita, por tanto no puede disfrutar de una sexualidad plena. Algunas de estas prácticas no son perjudiciales, otras sí, y pueden repercutirnos en nuestra vida, por eso podemos buscar ayuda a profesionales que puedan ayudarnos a tener una sexualidad más completa, satisfactoria y no perjudicial.
BDSM
El BDSM (Bondage, Disciplina y Dominación, Sumisión y Sadismo, Masoquismo) es un tipo de práctica no convencional que muchas personas realizan. Recientemente hemos oído hablar mucho del tema ya que es la práctica protagonista de la conocida saga “50 sombras de Grey“, y consiste en:
Bondage: Atar, con fines estéticos o sexuales, con movilización y elevación o no, con cuerdas, pañuelos, cadenas, esposas, etc.
Disciplina: Consiste en azotes eróticos en las nalgas u otras partes del cuerpo (piernas, senos, genitales, etc.) con látigos, varas, fustas, etc.
Dominación y Sumisión: Hace referencia a este tipo de relación, asumiendo un rol pasivo para el sumiso, y un rol activo para el dominante.
Sado-Masoquismo: Se establece una relación de binomio dolor-placer a través de intercambio de poder. Sadismo hace referencia al placer sexual que siente una persona al castigar a otra, y el masoquismo es el placer sexual que se experimenta al sufrir una determinada intensidad de dolor.
Este tipo de prácticas normalmente se llevan a cabo en lugares específicos (clubs, locales, en eventos, etc.) y siguen una serie de normas, se llevan a cabo de forma segura (qué vamos a utilizar, evitar riesgos), sensata (saber diferenciar fantasía y realidad, no realizarlo bajo los efectos de las drogas, conocer las prácticas) y consensuada (estar de acuerdo en la intensidad y las prácticas que se van a realizar, mediante un contrato). Existe lenguaje específico, así como símbolos y materiales relacionados (látigos, corsés, collares, cuerdas, etc.)
Cada uno de los miembros se identifica con un rol (dominante o sumiso) y se lleva a cabo un consenso, es decir, se establecen unas relaciones y unos límites dentro de este tipo de prácticas que lo determinan como eso, prácticas eróticas BDSM que nada tienen que ver con abusos o con violencia. La Sesión Erótica de Poder es el momento donde se llevan a cabo la práctica consensuada, ésta se puede detener cuando se quiera a través de una palabra de seguridad.
Como vemos el BDSM es un tipo de práctica muy concreta que, aunque podamos imitar algunas de sus formas en nuestra intimidad, en nuestra cama, con nuestra pareja, hablamos de algo que va más allá de unas esposas y ropa interior de cuero. No es nada malo que nos guste este tipo de práctica, siempre y cuando sepamos como llevarla a cabo por nuestra salud y con unos limites, siempre bajo nuestro consentimiento y porque nos gusta y nos parece placentero y divertido.