Free the Nipple es un movimiento igualitario centrado en la doble moral con respecto a la censura de los pechos femeninos iniciado por la activista y cineasta Lina Esco. La causa se centra en el hecho de que las mujeres puedan descubrir sus pechos en cualquier momento dado, tratando de despojar la tendencia de la mayor parte de la sociedad a sexualizar la parte superior del cuerpo femenino. Al fin y al cabo, y eso es una realidad, los pezones se desarrollan antes de crearse los órganos sexuales en el vientre materno, de modo que antes de ser “niños” o “niñas” ya tenemos pezones. ¿Por qué deberían ser unos más sexuales que otros?
Una de las críticas más feroces que surgen de Free the Nipple es que a menudo los medios se hacen eco de que una mujer pueda mostrar los pechos incluso cuando está amamantando a su bebé, algo tan natural como la vida misma. Insultos o mujeres echadas de establecimientos han reabierto el debate y avivado la campaña. En España no existe ninguna ley sobre el hecho de amamantar en público, como sí existe en el Reino Unido, donde se considera que impedir la lactancia en público es una discriminación a la mujer. Me ha parecido también curioso encontrar multitud de páginas de Internet con consejos sobre cómo amamantar en público, siendo el eje central no sentirse incómoda por hacerlo. No en vano, en la Encuesta nacional sobre hábitos de la lactancia materna se indica que el 43% de las mujeres sienten dificultades a la hora de dar el pecho en público.
Si aún no queda del todo claro el sentido de la campaña, es tan sencillo como visualizar estas dos fotos de más abajo. ¿Quién no se siente extraño? Incluso con los pechos de la mujer borrosos….
En octubre, la comediante Chelsea Handler publicó en Instagram una foto “idílica” de Vladimir Putin posando sin camisa mientras montaba un caballo, junto con una foto de ella en topless y en la misma posición.
Cirujanos estéticos en alerta
Valiendo todos estos primeros párrafos como larga introducción, me propongo hablar ahora de los grandes preocupados por esta campaña, a la que se han sumado Rihanna o Miley Cyrus: los cirujanos estéticos. ¿Qué pasa si este acto de rebelión se convierte en moda e incluso se destapa el pezón bajo la ropa? ¿Qué pasa si las mujeres se acostumbran a no llevar sujetador? La función del sujetador en nuestra sociedad es clara: evitar la caída precoz de la mama y evitar distensiones forzadas de la piel. Y la función de la cirugía estética de mama es solucionar los problemas estéticos que nos alejan del deseado pecho ideal que tratan de meternos en vena desde que nacemos. Con ello no quiero dejar de hablar de aquellas cirugías de mama que sí que pueden ayudar a la mujer, como las de reducción (para solucionar problemas de espalda) o las que tratan de solucionar problemas congénitos como pezones invertidos o recaídos (que sufren un 1% de las mujeres).
Si el movimiento Free the Nipple adquiere dimensiones de moda, ojalá podamos responder a la potencial preocupación de los cirujanos estéticos con respecto a una posible bajada de la demanda de operaciones estéticas de mama. Ojalá podamos decirles que su preocupación por nuestros pechos caídos ya no es la nuestra, porque ya no nos importan lo más mínimo ni nuestra talla ni las señales de nuestra lucha contra el cáncer de mama. Es más, nos sentimos orgullosas.