La oxitacina podría ayudarnos en la pérdida de peso

oxitocina

Hemos hablado muchas veces sobre la oxitocina, la hormona de la feclicidad y el amor, y a parte de sus efectos en el cuerpo o posibles beneficios que podemos obtener de ella en el ámbito de la medicina, parece que existen otros posibles usos; ¿Puede ayudarnos la oxitocina en la pérdida de peso? Un estudio preliminar en un pequeño grupo de hombres en la Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard sugiere que la hormona del amor puede reducir el apetito, convirtiéndola en una potente herramienta para la pérdida de peso.

En el estudio se utiliza una forma sintética de oxitocina por vía nasal y se encontró que la cantidad de calorías que estos hombres consumían era menor, especialmente las provenientes de comidas ricas en grasas. Los investigadores están viendo signos muy iniciales de esta reducción del consumo calórico y una mejora de los niveles de azúcar en la sangre.

Como ya sabréis, la oxitocina se relaciona con actividades como el sexo, abrazar, besar, cogerse la mano, dar a luz y la lactancia, entre otros. En medicina, se utiliza para inducir el parto, controlar el sangrado post-parto o la liberación de leche durante la lactancia materna.

Así, los investigadores intentaron comprobar este efecto en humanos, ya que en animales se había comprobado que la oxitocina tenía efectos importantes en la regulación del consumo calórico diario, y en humanos aún no se había estudiado.

La oxitocina y la pérdida de peso 

spray_nasal

En el estudio, los investigadores hicieron que los 25 hombres (12 de los cuales tenían sobrepeso u obesidad), de forma aleatoria, tomaran oxitocina sintética mediante un spray nasal o un placebo inactivo, para comprobar los posibles efectos de la oxitocina. Los pacientes no conocían si estaban tomando la oxitocina o el placebo y la media de edad fue de 27 años.

Después de haber recibido la oxitocina o el placebo, los hombres tenían que elegir un desayuno de un menú que se les daba. Se les dió una porción doble del desayuno que elegían y al final los investigadores calculaban la cantidad de comida que habían ingerido.

Posteriormente, los hombres volvieron y repitieron el experimento, pero esta vez aquellos que habían tomado placebo, tomaron oxitocina y viceversa. Aquellos que tomaron oxitocina comieron 122 calorias menos de media según el estudio. Además, consumieron menos comidas ricas en grasa.

Los investigadores no saben realmente cómo afecta la oxitocina al apetito, y hay algunas variables que no se tomaron en cuenta, ya que no se investigó si los hombres que comieron menos estaban más hambrientos más tarde y las mujeres no fueron incluídas, por lo que no sabemos cómo les afecta a ellas, ya que podrían tener más efectos secundarios por el uso de oxitocina, como contracciones uterinas en mujeres embarazadas.

Desde el punto de vista de la evolución, la oxitocina se libera en interacciones sociales positivas, cuando estamos rodeados de gente a la que les importamos. Si queremos perder peso, tener a gente que se preocupa por nosotros cerca podría ayudar a reducir el apetito, pero evidentemente son necesarios estudios de mayor duración y estudiar a más individuos para poder responder a la pregunta que hoy nos planteábamos, y así saber si en un futuro la oxitocina podría formar parte de los tratamientos de una de las enfermedades más prevalentes y preocupantes de nuestra sociedad actual: la obesidad.

Vía | Web MD

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