Seguro que conocéis esa sensación: Estar escuchando vuestra música favorita y sentir ese escalofrío de felicidad. En alguna ocasión os hemos explicado como consigue la música esa felicidad interna que sentimos, pero hoy os explicaremos algo más físico, es decir, el escalofrío que parecemos sentir delante de dicho sonido.
Escalofríos por música: El “orgasmo dérmico”
Según Psique Loui, profesora asistente de neurociencia y comportamiento de la Universidad de Wesleyan, este escalofrío también se denomina “orgasmo dérmico” u “orgasmo de piel”. Esto para el más común de los mortales es una simple emoción, pero para Loui es un interesante suceso científico, ya que gracias a esa respuesta emocional tan intensa se acaba produciendo una reacción física (los escalofríos).
Según afirma Loui, no hay un género o estilo musical especial que provoque esta reacción, pues esto ya va a gusto del consumidor:
“Hay algunas personas que realmente afirman sentir esta reacción con piezas musicales como las de Justin Bieber, y lo afirman honestamente. Y habrá otras personas que sientan lo mismo pero delante de un concierto de piano”
Como veis, para gusto los colores, pues siempre que estemos delante de nuestro género musical favorito podemos llegar a sentir estos escalofríos, esta respuesta musical tan intensa… o no. Por otro lado tenemos el caso de los individuos que no responden a ningún tipo de música, no les hace efecto, es la anhedonia musical de la que os hablamos hace poco. En ese caso existe una conexión más fuerte entre las diversas áreas del cerebro que procesan el sonido y las que procesan las emociones.
La música, una forma de comunicación
Loui se hizo muchas preguntas, como por qué la música ha evolucionado de tal manera que se ha convertido en una pieza fundamental de la cultura humana. Además, según su estudio, también existe una conexión entre la creatividad musical y la empatía. Por todo ello, Loui piensa que la música se ha convertido en una forma de identificarnos emocionalmente con los demás.
“La razón por la que la música podría haber evolucionado de esta manera sería para usar el sonido como forma de comunicación con regiones cerebrales de otros individuos que son importantes para nosotros a nivel emocional y social. En cierta manera, estamos usando la música como una forma de comunicación emocional”
Loui también comenta la teoría de la creatividad como algo exclusivo de los seres humanos, algo que nos diferencia de otros animales y que hace que nos usamos en la emoción y la recompensa a la hora de escuchar música. Sin embargo, esto acarrea otro problema, y es que aunque la música nos defina como especie, a todos nos afecta y nos gusta por igual. Define a la especie, y no al ser de forma individual.
Finalmente, esta investigadora habla del fenómeno de la sinestesia, donde hay personas que “huelen” o “saborean” la música, pues sus áreas cerebrales tienen otro tipo de conexión o simplemente otro tipo de predisposición para ser más receptivos a este tipo de información sonora.
Aún así, Loui cree que la música no es necesaria si hablamos de evolución, aunque si ha conseguido ayudar a nuestra especie a ser como somos ahora.
Vía | PRI.