Es un hecho que las mujeres poseen un olfato más refinado que los hombres; sienten la llegada de la primavera con más fuerza, distinguen con más facilidad los aromas, ¡e incluso llegan a reconocer olores estando resfriadas! Imaginad hasta que punto nos interesa este sentido que se ha llegado a relacionar con hasta con la predicción de nuestra muerte. Numerosos estudios han conseguido resolver las incógnitas que se cernían en torno al sentido del olfato; su relación con el apetito, su funcionamiento y condición e incluso su conexión con el tejido nervioso.
Sin embargo hay todavía un elemento más por resolver; ¿por qué las mujeres poseen un olfato más desarrollado que los hombres? Los científicos siempre han asociado esta capacidad con factores emocionales y cognitivos, pero en el último estudio al respecto, nos han ofrecido una curiosa perspectiva:
Las mujeres poseen más neuronas para la recepción de los olores que los hombres
El estudio fue llevado a cabo por los investigadores de la Universidad Federal de Rio de Janeiro en Brazil, y en él analizaron post-mortem los cerebros de 7 hombres y 11 mujeres, obteniendo en los resultados que el cerebro de la mujer posee un 50% más de neuronas para el olfato que el del hombre.
Aunque los autores del estudio afirmen que este resultado no es suficiente para explicar por qué las mujeres tienen un sentido del olfato más desarrollado, sí nos ofrece un elemento más a tener en cuenta. Roberto Lent, profesor de biomedicina nos cuenta:
“En términos generales, los cerebros más grandes con un mayor número de neuronas se correlacionan con una complejidad funcional mayor”
Dejando a un lado estos hallazgos, la comunidad científica aun no ha podido explicar la razón evolutiva que se esconde tras esta mejora del olfato en las mujeres. Sin embargo, existen numerosas teorías que relacionan esta capacidad con la importancia de los olores en la elección del hombre adecuado (geneticamente), y la fortaleza de los lazos madre-hijo con el fin de asegurar la supervivencia de la progenie.
Es interesante como además del género existen otros factores que determinan nuestro olfato, como por ejemplo nuestra dieta, en la cual un exceso de alimentos grasos podría llevarlo a su deterioro. Conocer con más detalle las células nerviosas implicadas en este proceso, su número y sus mecanismos puede ser vital para el tratamiento de personas con déficit olfativo y otras anomalías de las que día a día se están encontrando en relación con enfermedades como el parkinson o el alzheimer.
Fuente | Fox News