¿Por qué los adolescentes son así?

TheFinger

En este artículo voy a intentar explicar que es lo que hace que un adolescente se comporte como tal y también analizar algunos problemas asociados a estas edades como son los trastornos de personalidad, las bandas callejeras, las drogas… No es fácil vivir con un adolescente pero es más fácil cuando uno entiende porque se comportan así.

Los cambios hormonales y fisiológicos:

En la adolescencia muchas de las conductas que observamos desde fuera tienen que ver con cosas que ocurren desde dentro, a los 11 años (chicas) y 13 (chicos) se inicia la pubertad normalmente (aunque históricamente se va adelantando cada vez más) y con ella el cuerpo pasa por una serie de cambios bastante radicales:

  • Los órganos y el esqueleto se estiran.
  • Se desarrollan las características sexuales primarias (genitales, ovarios, menarquia…).
  • Se desarrollan las características sexuales secundarias (vello corporal, cambios de voz, aumento de pecho…).
  • Hay un cambio en la distribución corporal de la grasa…La pubertad implica el inicio de la adolescencia, pero la adolescencia abarca un periodo más largo que se extiende entre los 10 y los 19 años. Muchas de las conductas que vemos en adolescentes son fruto de lo que ocurre en sus cuerpos y de la adaptación a tales cambios.

Concretamente cada sexo sufre unos cambios físicos característicos que son:

ChicasChicos
La piel se vuelve más grasa
Aumenta el peso y la altura
Aumenta el sudor
Rostro más lleno
Posible acné (debido a las hormonas)
Los brazos engordan
Aparece el vello en las axilas
Se destacan los pezones
Crece el vello púbico
Los genitales se engrosan y oscurecen
Aumenta el vello en los brazos
Los muslos y las nalgas engordan
Las caderas se ensanchan
Crece el vello en las piernas
Se inicia la capacidad reproductora
Menstruación
Aparece vello facial (bigote y barba)
Posible acné (debido a las hormonas)
La voz falla y se hace más grave
Los hombros se ensanchan
Aparece el vello púbico
Crece el vello en el pecho y la espalda
El cuerpo transpira más
Aparece el vello en las axilas
Los testículos y el pene aumentan de tamaño
El cabello y la piel se vuelven más grasos
Aumenta el peso y la altura
Las manos y los pies aumentan de tamaño
Aumenta el vello en los brazos
Crece el vello en las piernas
Se inicia la capacidad reproductora
Eyaculación

Las hormonas que más cambios producen son los estrógenos o andrógenos (en niños), así como la testosterona y la hormona luitenizante, estas hormonas se encuentran en la base de la mayoría de los cambios físicos y de la madurez sexual. Son segregados a través de la hipófisis inducida por el hipotálamo.

Además se producen cambios cognitivos:

  • Cambios en la “imagen corporal”, en parte relacionados con los cambios fisiológicos.
  • Construcción de una identidad personal, de un “yo”.
  • Aumento de la curiosidad por lo que les rodea.
  • Capacidad de razonamiento, formulación de hipótesis y conclusiones propias. (etapa de operaciones formales Piaget)
  • Se empiezan a cuestionar cosas que antes no se cuestionaban y a diferenciar lo real de lo posible.
  • Se desarrolla la metacognición (pensar sobre el propio pensamiento), se asientan valores. Debe adquirir un sistema ético y una ideología propia que guiará su conducta.
  • Se altera y desarrolla la autoestima, la opinión que tienen de ellos también se verá influida por los compañeros y el grupo social. Además los rápidos cambios físicos pueden alterarla mucho.
  • El adolescente desarrollará un sistema de atribuciones (justificaciones o explicaciones de sus acciones).
  • Los sentimientos y las emociones cobran protagonismo (acentuados por el “boost” hormonal) y el adolescente puede tener dificultad para entenderlos o controlarlos. Aparece el amor. Se produce la independencia emocional de los padres.
  • El adolescente por primera vez se da cuenta de que puede elegir (amistades, estudios…) cuando antes eran otros que decidían por él.
  • Se consolida un lenguaje interno.
  • Así mismo aquí es cuando la persona conforma su identidad sexual. El deseo sexual aparece.
  • Cambios psicológicos: Omnipotencia del pensamiento (confían excesivamente en el poder de las ideas), audiencia imaginaria (suelen sentirse observados continuamente e intentan controlar la imagen que los otros tienen de ellos), fabula personal (se sienten únicos e indestructibles).
  • Se da un alto egocentrismo.
  • Se inicia el desarrolla del lóbulo prefrontal encargado de la función ejecutiva: planificación, razonamiento, etc… y autorregulación de la conducta. Aunque no es hasta la adultez temprana que estará en pleno funcionamiento. Así que debemos tener en cuenta que los primeros años de adolescencia se acompañan de una función limitada y no plenamente desarrollada del mismo, lo cual explica muchas de las malas decisiones que toman los adolescentes y las reacciones impulsivas.
  • Las alteraciones hormonales afectan también al circuito mesolímbico (relacionado con la motivación y la búsqueda de recompensas). El desequilibrio entre este circuito y el cognitivo (el prefrontal) pueden explicar las conductas impulsivas o de riesgo de estas edades. A lo largo del avance por la adolescencia la conexión entre estos dos circuitos irá mejorando lo que supondra un progresivo avance en el control cognitivo y la inhibición emocional y conductual. Aún así el circuito mesolímbico evolucionará antes que el cognitivo.
  • Así pues se reducen las conexiones neuronales (poda) en esta etapa pero se aumenta la plasticidad neuronal para adaptarse a las situaciones que rodean, las conexiones neuronales no utilizadas desaparecerán y se fortaleceran las que sí. Las areas están algo disociadas y esto producirá respuestas o conductas algo raras pero esta asociación irá mejorando con los años.

Además se produce un importante cambio social, pasan de la dependencia a la autonomía, sus roles y responsabilidades cambian. Los grupos sociales pasan a ser un elemento muy importante para el adolescente y la necesidad de pertenencia aumenta. Se esfuerzan mucho por “encajar”, por encontrar su lugar. Pueden buscar en lo social una ayuda para la construcción de su propia identidad personal. Se busca un grupo de iguales en el que se conformaran unas normas y valores. Las relaciones grupales más adelante serán sustituidas por relaciones de pareja. Aparece también la discriminación por parte de otros y las críticas sociales.

El joven debe prepararse para su futuro, una carrera económica, una vida en pareja y muchas otras responsabilidades que no había contemplado anteriormente.

Así pues los cambios fisiológicos se unen a un desarrollo social y emocional.

Claro está todos estos cambios se acompañan de riesgos: embarazos, drogas, absentismo escolar, delincuencia, problemas familiares, conductas suicidas, depresión, bajo rendimiento escolar, accidentes en la carretera… Aunque no todos los adolescentes desarrollaran conductas problema sí es cierto que son bastante frecuentes en esta edad, debido a la inestabilidad y la cantidad de cambios bruscos a los que deben adaptarse los jóvenes.

Recomiendo este video, muy interesante que resume y explica los cambios cerebrales y su relación sobre la conducta de una manera muy visual, así como las diferencias entre sexos.

Influencia normativa e influencia de grupo:

En la adolescencia y debido al gran peso que tienen los demás (el grupo de amigos) en la construcción de la propia identidad y del sistema de valores se producen algunos fenómenos descritos desde la psicología social que explican el comportamiento que aparece cuando el adolescente entra a formar parte de un grupo de iguales:

Conformismo: Los miembros de un grupo cambian sus puntos de vista y actitudes en favor de los del grupo. Ya sea de manera inconsciente o por presión grupal. Ocultamos nuestras propias opiniones para no ser rechazados socialmente. La teoría de la influencia social normativa dice que nos conformamos porque deseamos gustar y ser aceptados (siendo esta necesidad mucho más elevada en la adolescencia), así modificamos nuestro comportamiento para adaptarlo a las expectativas de los demás. Esta teoría se asocia a la teoría de la comparación social que dice que evaluamos nuestros comportamientos y actitudes comparándolos con los de los demás. Puede que un individuo incluso radicalice más su postura u opinión al ver que el grupo la comparte y así destacar positivamente por encima del resto.

Polarización grupal: Este fenómeno explica porque la opinión grupal es más extremista que la de los individuos que lo conforman por separado. Se debe a que la discusión del grupo de su postura inicial lleva a una opinión aún más radical, reforzándose entre ellos y acentuando el sentimiento de unidad.

Pensamiento grupal: En grupos muy cohesionados con lideres directivos y aislados de las opiniones de otros grupos, todos los miembros intentarán adaptar su opinión a la que creen es la del grupo, no se valoran acciones alternativas y suele llevar a un comportamiento irracional o inadecuado al no haberse realmente cuestionado la vía de acción más correcta.

A los adolescentes el pertenecer a un grupo les proporciona:

  • Ilusión de invulnerabilidad.
  • Refugio y apoyo.
  • Sustituto de la confianza en uno mismo.
  • Identifican la pertenencia como una forma de autoafirmación. Se identifican con el grupo. Es como una representación de quienes son.
  • Proporciona estatus social ante los otros.
  • Les ofrece la posibilidad de adquirir y practicar nuevas destrezas.
  • Permite un despegue o separación del medio familiar.
  • Comparten necesidades, motivaciones y metas. Ayudará a la formación del rol social.

Trastornos de la personalidad:

Los trastornos de personalidad aparecen y se suelen consolidar en la adolescencia, es por ello que aunque pueden confundirse con conductas típicas de estas edades veremos que suelen ser algo más extremas y perdurar en el tiempo tras superar la adolescencia, además son patrones de comportamiento que se repiten en casi todas las situaciones y son bastante inflexibles.

Es a estas edades pues cuando empiezan a florecer las personalidades antisociales, evitativas, límites o histriónicas por ejemplo y es sin duda un momento clave en el que ofrecer apoyo a este tipo de trastornos pues pueden tener una evolución bastante conflictiva si no se tienen en cuenta.

Los trastornos de personalidad suelen dividirse en tres bloques:

  • Grupo A: se consideran los raros o excéntricos (esquizoide, esquizotípico y paranoide), no confundir con trastornos esquizofrenicos. Este grupo de trastornos se caracteriza por un patrón penetrante de cognición (por ejemplo sospechas), expresión (lenguaje extraño) y relación con otros (aislamiento) anormales.
  • Grupo B: se consideran los dramáticos o teatrales, a mi punto de vista los más conflictivos y los que más se asocian con problemas de conducta. (antisocial, límite, narcisista e histriónico). Estos trastornos se caracterizan por un patrón penetrante de violación de las normas sociales (por ejemplo comportamiento criminal), comportamiento impulsivo, emotividad excesiva y grandiosidad. Presenta con frecuencia exteriorización de sus rasgos, llevando a rabietas, comportamiento auto-lesivo y arranques de rabia.
  • Grupo C: son los temerosos o ansiosos (evitativo, dependiente y obsesivo compulsivo). Este grupo se caracteriza por un patrón penetrante de temores anormales, incluyendo relaciones sociales, separación y necesidad de control.

Para más información sobre cada trastorno en concreto y los criterios que los conforman se puede acceder a la página Psicomed.

Los trastornos de personalidad son un tema que creo los padres no conocen muy bien y aunque no se dan en la mayoría de adolescentes sí hay casos en los que las conductas alcanzan un grado tan extremo que no pueden justificarse exclusivamente por un proceso de pubertad normal sino que debe contemplarse que además pueda haber otros problemas subyacentes (drogas por ejemplo) o un trastorno de personalidad. Es importante actuar pues muchas conductas y pensamientos se consolidarán en esta etapa de la vida y será mucho más difícil modificarlas más adelante.

Bandas callejeras: ¿causa o consecuencia de la personalidad conflictiva?

Un reciente artículo relacionaba la pertenencia a bandas callejeras con la probabilidad de desarrollar un trastorno mental. Esto es interesante porque es a edades muy jóvenes que los chicos entran en bandas, concretamente en la adolescencia, y sabemos que es un periodo en el que son bastante débiles a la manipulación grupal. En este estudio se observó que de los 108 miembros de la banda encuestados, el 85,8 % tenía un trastorno de la personalidad antisocial; 2/3 eran dependientes del alcohol; el 25,1 % dio positivo para la psicosis; más de la mitad (57,4 por ciento) era dependiente de las drogas; alrededor de un tercio (34,2 por ciento) había intentado suicidarse, y más de la mitad (58,9 por ciento) sufría un trastorno de ansiedad. Aunque el estudio se centra en Gran Bretaña y aunque los resultados no están claros pues realmente no parecen poder concluir que es causa y que es consecuencia de la pertenencia a una banda callejera (hay rasgos de personalidad que propician la pertenencia a grupos así y otros que se conforman tras formar parte de estos grupos) los datos son interesantes. Sin duda las bandas son un factor de riesgo para la salud mental del adolescente.

A mi parecer sí hay una cosa clara, el líder o cabecilla de estos grupos suele tener un trastorno de personalidad, antisocial, disocial o incluso psicopático, puede que incluso rasgos narcisistas, la cosa cambia en los que le siguen. El líder es el que conforma las normas, el que se siente a gusto con los delitos o agresiones que comete la banda y el que impone el código de conducta. En cuanto a los seguidores la cosa es diferente, se pueden dar casos en los que existe un trastorno de personalidad antisocial anterior y ve en el grupo una posibilidad de aceptación de su necesidad de conflicto. Otros simplemente buscan aceptación y protección y tienen baja autoestima con lo que agradecen la pertenencia a un grupo y aunque en un principio no estén 100 % de acuerdo se adaptan a las normas, de manera que al final pueden acabar internalizandolas y adquiriendo los valores como propios aunque no fuera así inicialmente. De todas formas esta claro que en estos grupos la opinión propia no es deseada, se debe obedecer y defender la identidad grupal, estando esta por encima de cualquier otro aspecto de la vida personal del sujeto.

Esta claro que muchos sujetos desarrollan trastornos de ansiedad o traumas tras las acciones llevadas a cabo por el grupo pero también esta claro que muchos ya tenían problemas antes de entrar (drogas, violencia, abusos infantiles, etc…), pero hay que ir con cuidado porque es cierto que un adolescente sano puede acabar en una banda aún siendo muy buen chico y sin problemas, y esto se debe a la gran necesidad de pertenencia que sienten, al miedo al rechazo social, a la necesidad de sentirse útiles y autónomos, mayores, y sobretodo a las técnicas que se utilizan es estos grupos, que acaban por resultar en una especie de “lavado de cabeza” que realmente les hace creer en la causa y ver a los demás miembros como “familia”. Es muy difícil salir de una banda, pero hay que entender que hay barrios en los que si no eres de una banda (y cuentas con su protección frente a las otras) lo tienes crudo para sobrevivir.

¿Que podemos hacer los padres para ayudar?

Pues esta demostrado que el mejor estilo parental es el democrático, este consiste en una educación con límites claros y definidos, con normas, reglas y obligaciones para el niño pero acompañado de un tono emocional cálido en el que el joven se sienta querido y apoyado. Hay que ser afectuosos pero con normas. Los adolescentes necesitan límites pues por lo general tienden a desafiarlos y saltárselos y deben aprender desde pequeños estas dinámicas para que al llegar a la adolescencia podamos en cierta medida “controlar” al joven. Si de repente intentamos poner normas cuando aparecen los problemas ya entrados en la adolescencia es muy difícil que sean bien recibidas u obedecidas. Deben ser una constante.

¿Serán siempre así?

No, por suerte. La adolescencia es un periodo muy duro tanto para los padres como para los hijos, pero por suerte se supera, todos maduramos y dejamos de hacer las tonterías que hacíamos de jóvenes. El problema son los casos que han llevado conductas a cabo durante la adolescencia que condicionaran el resto de su vida, por ejemplo la drogadicción, embarazos adolescentes, delitos, abandono de estudios… En estos casos la persona aunque salga de la etapa y sea capaz de razonar lo erróneo de la conducta anterior difícilmente podrá seguir adelante como si nada hubiera pasado. Es cierto que las experiencias en estas edades nos marcarán para el resto de nuestra vida y que habrá casos en los que será para peor. Pero debemos tener en cuenta que todos hemos cometido errores en estas edades y que todos hemos hecho cosas que no volveríamos a repetir, al fin y al cabo de los errores se aprende y en cierta manera debemos aceptar que nuestros hijos también lo harán.

Fuente: Informajoven (cambios en la pubertad), desarrollo cerebral y asunción de riesgos (PDF)

Imagen: Wikimedia commons.

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