Estamos acostumbrados a escuchar que hay diferentes grupos sanguíneos que son especialmente importantes a la hora de donar sangre. Además, seguro que habrás oído algo sobre el donante universal o el receptor universal. Pero, ¿sabes realmente a qué se debe esto? ¿Por qué hay diferentes grupos sanguíneos y por qué es tan importante trasfundir el grupo correcto?
¿De qué se compone la sangre?
Primero, definamos los componentes de la sangre. La sangre está constituida por glóbulos rojos, glóbulos blancos, plaquetas y plasma (que más del 90% es agua). La función de la sangre consiste en suministrar oxígeno y nutrientes a las diferentes células de nuestro cuerpo, aunque también posee otras funciones igualmente importantes como transportar hormonas y regular parámetros vitales como el pH.
En los glóbulos rojos, más concretamente en su superficie, se encuentra una estructura que determinará el grupo sanguíneo. Esta estructura está formada por azúcares que, dependiendo del tipo que sean, conformarán uno u otro grupo.
¿Cuántos grupos sanguíneos hay?
Hay cuatro en total (A, B, AB y O), a los que hay que sumarle el factor Rh que nos determinará si el grupo sanguíneo es positivo (si está presente en los glóbulos rojos) o negativo (si no lo está).
¿Por qué pueden reaccionar los grupos sanguíneos unos con otros?
Para hacerlo más sencillo, imagínate que hay dos tipos de sombreros, el A y el B. Así, si uno es del grupo A, sus glóbulos rojos llevarán puesto el sombrero A; si es del B, el sombrero B; y si es del AB, llevarán los dos sombreros puestos, uno encima del otro. Por otra parte, si no son ni del A ni del B, pero pertenecen al grupo O, los glóbulos rojos de esa persona no llevarán puesto ningún sombrero.
A todo esto ahora hay que sumarle un elemento más, los anticuerpos (las defensas de nuestro cuerpo). Nuestro sistema inmune reaccionará contra toda molécula que sea extraña. De esta manera, nuestras defensas atacarán cuando se crucen con glóbulos rojos que tengan sombreros extraños.
Con esto ya podemos explicar las posibles incompatibilidades que se producen en las transfusiones sanguíneas. Por ejemplo, si el receptor es del grupo A (glóbulos rojos con sombrero tipo A) y recibe sangre de una persona que es del grupo B, reaccionará contra los glóbulos rojos del donante porque los glóbulos rojos llevan sombreros extraños (del tipo B).
En cuanto al factor Rh, imagínate que se trata de una pulsera. Los que sean Rh positivos sus glóbulos rojos llevarán puesta la pulsera, y los Rh negativos no la tendrán. Ocurre lo mismo que con el ejemplo de los sombreros: las defensas atacarán a lo extraño y, por tanto, si el receptor es Rh negativo (no tiene pulseras) y recibe glóbulos rojos Rh positivos (con pulseras), acabará por destruirlos.
Ya se puede explicar entonces el donante universal que, si lo habéis comprendido y me he expresado lo suficientemente bien, os podéis hacer una idea sobre cuál es este grupo sanguíneo. Efectivamente, el grupo O-, porque sus glóbulos rojos no tienen ni sombreros ni pulseras y, por tanto, las defensas del receptor nunca lo reconocerán como intrusos, independientemente del grupo sanguíneo del receptor.
¿Y qué grupo sanguíneo es el receptor universal? Pues aquél que no reconocería como extraños ni las pulseras ni los sombreros A y B: el grupo AB+, porque sus glóbulos rojos tienen tanto los sombreros A y B como la pulsera (están acostumbrados a ver estas prendas de vestir).
¿Qué ocurre cuando se produce una incompatibilidad?
Por un lado, la transfusión que se ha suministrado no funcionaría puesto que las defensas del receptor estarían destruyendo a los glóbulos rojos del donante.
Y por el otro, al activarse el sistema inmune y la coagulación, se formarían coágulos que podrían detener el flujo sanguíneo en zonas vitales del organismo pudiendo acabar, en los casos más graves, con la vida del paciente.
¿Por qué hay diferentes grupos sanguíneos?
Además de que los grupos sanguíneos forman parte del “DNI” de nuestras células, estos nos proporcionan cierta resistencia contra determinadas infecciones. Por ejemplo, los parásitos de la malaria no se unen bien a los glóbulos rojos de personas de grupo sanguíneo del tipo O y B, por lo que consiguen paliar los efectos de esta enfermedad. Quizá ésta sea la explicación del porqué en África, donde la malaria supone un verdadero problema, los nativos son, con mayor frecuencia, del grupo sanguíneo O.
Dicho con otras palabras, es posible que los diferentes grupos sanguíneos surgieran para ayudarnos a combatir las infecciones, por lo que aquellas mutaciones que verdaderamente otorgaron una resistencia, se transmitieron con éxito a la descendencia.
¿Cuándo se originaron los grupos sanguíneos?
Cada grupo sanguíneo se originó en épocas diferentes:
- Grupo A: este tipo es el más antiguo de todos, llegándose incluso a originar antes de que aparecieran los primeros seres humanos.
- Grupo B: los científicos creen que este grupo se originó hace 3’5 millones de años a partir de una pequeña mutación que afectó a un azúcar de la cadena del grupo sanguíneo A.
- Grupo O: apareció hace 2’5 millones de años.
- Y, por último, se combinaron el grupo A y el B para formar el grupo AB.
Es de vital importancia donar sangre
Este es, con seguridad, el tema más importante de la entrada. Hay que concienciarse de que donar sangre es una de las actividades más altruistas que jamás podamos realizar. Para que os hagáis una idea, en EEUU se realizaron una serie de estimaciones para calcular las donaciones que se llevaban acabo en el país. Concluyeron que se realiza una transfusión sanguínea cada 2 segundos.
Imaginaos, por tanto, la tremenda importancia que supone donar sangre. Con esta acción tan simple, ten por seguro que estás salvando una vida, que no te quepa la menor duda.
Fuente: Mercola.com