¿Os imagináis practicar sexo mientras dormís sin ser conscientes ni acordaros de ello? Seguro que a algunos les parecerá una forma maravillosa de aprovechar las horas de sueño, más en los tiempos que corren, que siempre vemos que a nuestros días les faltan horas para todo lo que querríamos hacer pero seguramente este trastorno puede meterte en situaciones realmente peliagudas.
Esta patología que consiste a grandes rasgos en realizar actos sexuales, desde la masturbación al acto sexual en pareja, mientras se está dormido ha sido denominada sexomnio, sexambulismo o “sexo dormido” y se encuentra incluida en un subtipo de parasomnia, un grupo de alteraciones que incluye: sonambulismo, terrores nocturnos y hablar dormido, entre otros.
Fue descrita por primera vez en el año 1996 por el doctor Colin Saphiro, director de la Clínica del Sueño y Alerta del Toronto Western Hospital, en Canadá.
El sexomnio es más habitual de lo que creemos, ya que parte de estos pacientes ni siquiera saben que padecen el trastorno y otra parte de ellos no consulta con un médico por vergüenza o temor.
Además de practicar la masturbación o el coito con quien duerme a su lado, los “sexomnes” también muestran otras manifestaciones como desnudismo espontáneo y palabras de gran calibre sexual dirigidas a la pareja (o quien sea que duerme con ellos).
Las causas que provocan el trastorno no están nada claras, algunas hipótesis señalan que puede ser provocado por el estrés, por los efectos de drogas o alcohol, e incluso por factores de tipo genético. Otras teorías apuntan a que el trastorno tiene un origen psicológico y en algunos casos se debe a desórdenes fisiológicos en el cerebro.
Lo que sí parece estar claro es que a pesar de compartir algunas características con el sonambulismo, el sexomnio se produce en la fase REM del sueño (mientras que el sonambulismo se produce en la fase SOL o fase de sueño lento).
Normalmente, cuando una persona cae en la fase REM, el cuerpo permanece inmóvil y los músculos se relajan. Sin embargo, los pacientes que sufren de sexambulismo, lejos de relajarse, actúan lo que sueñan, siempre y cuando no exista una circunstancia que lo interrumpa.
Las consecuencias de estos actos sexuales involuntarios son múltiples y tanto físicas como psicológicas. Los afectados por el síndrome y sus compañeros sexuales pueden sufrir lesiones y magulladuras en los genitales por practicar sexo inconscientemente y practicar la masturbación dormidos y con bastante fuerza. Por otro lado, los sexomnes experimentan sentimientos de culpa y vergüenza si se enteran de lo ocurrido, ya que muchas veces desconocen su afección. Además, los especialistas señalan que este trastorno puede ser el primer síntoma de una enfermedad neurodegenerativa, por lo que su diagnóstico es vital.
Uno de los tratamientos con más éxito en el tratamiento del “sexo dormido” es la terapia psicológica junto a Clonazepam, que combate la ansiedad.
Como veis se trata de un trastorno muy grave aunque bastante desconocido, tanto entre la población como entre los especialistas en muchos aspectos. Aun así, es muy importante su diagnóstico y tratamiento por sus posibles consecuencias, no sólo las comentadas más arriba, sino por el peligro de llegar a situaciones realmente incómodas o incluso en ocasiones actos ilegales.
Fuente: Salud.com