Desde que en 2010 se concediera el premio Nobel de Física a los investigadores que descubrieron las maravillosas propiedades del grafeno no hemos parado de oir todas las aplicaciones futuristas que podemos esperar. Por suerte esa locura e impaciencia inicial se ha ido diluyendo con los años a medida que las ideas pasan de bonitos “ojalá” a proyectos de investigación. Y ahora, cuando parecía que la fiebre del grafeno había pasado, volvemos a oir un uso revolucionario: preservativos de grafeno.
Como lo oís, la próximo revolución del grafeno podría no tener nada que ver con electrónica, computación o dispositivos conectados futuristas, sino con (la prevención de) enfermedades de transmisión sexual y con métodos anticonceptivos. La pregunta que a todos nos viene a la cabeza es: ¿es el grafeno una buena elección, o solo publicidad? Veamos las ventajas de los preservativos de grafeno frente a uno convencional.
Las ventajas del preservativo de grafeno
El grafeno es un material de 2 dimensiones, una plano de átomos de carbono con un grosor extremadamente pequeño. Esta geometría tiene muchas ventajas con respecto al carbono que encontramos en la mina de los lápices, por ejemplo. Entre las principales están una alta conducción eléctrica, la alta resistencia y dureza superior a la del diamante. Y todo esto manteniendo una estructura flexible y maleable… parece que sí pueden ser interesantes los preservativos de grafeno, ¿no?
Dejando a parte la conductividad eléctrica (aunque seguro que alguno le encuentra utilidad en sus juegos sexuales), todas la propiedades del grafeno definen lo que sería idealmente un preservativo: muy delgado, prácticamente irrompible, impermeable (lógicamente) y barato. Los dos últimos puntos no los hemos tocado porque el primero varía según cómo se sintetice, y el segundo punto, dada la abundancia del carbono en la Tierra, los preservativos de grafeno serían baratos, al menos tanto como lo son los de ahora.
Por estas propiedades la fundación de Bill y Melinda Gates han concedido un premio de más de 100.000.000$ a un grupo de investigadores para que desarrollen los preservativos de grafeno, que tienen potencial de salvar millones al reducir el contagio del SIDA como método infalible. Pasarán años hasta que podamos llegar a ver preservativos de grafeno en la farmacia, pero el futuro es alentador… ¿o no?
Problemas de los preservativos de grafeno
En este mundo no existe nada perfecto, y como muchos de vosotros ya habréis imaginado, los preservativos de grafeno también traerían algún pequeño problema, al menos en principio. Sin embargo el principal problema no es como alguno habrá pensado, la resistencia, y creo que el siguiente dato os convencerá: Una lámina de grafeno de 0.01mm es capaz de soportar el peso de un elefante sin romperse; así que no temáis, los preservativos de grafeno serán a efectos prácticos, irrompibles.
El problema que tendrían estos preservativos de grafeno es el de la exfoliación por roce. A pesar de que los enlaces dentro de cada lámina de grafeno son increíblemente fuertes, no lo son tanto los enlaces entre plano de grafeno, al menos con las formas actuales de síntesis del grafeno. Para los temerosos os contaré que esto tiene tan fácil solución como recubrir el preservativo con una finísima capa de látex, silicona o alguna goma que haga de película protectora, así que tampoco parece un problema demasiado importante.
A nosotros nos parece una idea genial y esperamos que pronto se pueda comercializar un producto que promete ser la última evolución necesaria en el mundo de los preservativos. Quizás la pega más grande que se nos ocurre, visto lo visto, es el sabor a lapicero que uno espera que tengan los preservativos de grafeno.
Fuente | BBC