¿Puede estar algún familiar mío iniciando una demencia? – Medciencia

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¿Qué es una demencia?

Es un síndrome clínico caracterizado por una pérdida de memoria y otras funciones intelectuales debido a enfermedad crónica degenerativa del cerebro. Actualmente el término engloba cierto número de entidades estrechamente relacionadas que se caracterizan no sólo por el deterioro intelectual sino también por ciertas anormalidades conductuales y cambios en la personalidad.

Según el DSM-IV (manual diagnostico y estadístico de los trastornos mentales 4ª edición) las demencias se caracterizan por:

A. Desarrollo de deficiencia cognitiva múltiple, manifestada por:

  1. Alteración de memoria (aprender nueva información y evocar la ya aprendida), y
  2. Una o más de las siguientes alteraciones cognitivas:
  • Afasia
  • Apraxia
  • Agnosia
  • Alteración de funciones ejecutivas

B. Las alteraciones previas representan un deterioro con respecto a las capacidades previas del paciente, y producen dificultades significativas en las funciones ocupacional y social.

C. La evolución se caracteriza por instauración gradual y deterioro cognitivo continuo.

D. Las alteraciones expresadas en A.1 y A.2 no se deben a lo siguiente:

– Otros trastornos del sistema nervioso central que puedan ocasionar deterioro progresivo de la memoria y de otras funciones cognitivas (por ej. enfermedad cerebrovascular, enfermedad de Parkinson, enfermedad de Huntington, hematoma subdural, hidrocefalia de presión normal, tumor cerebral).

– Trastornos sistémicos que pueden ocasionar demencia (por ej. hipotiroidismo, deficiencia de vitamina B12, ácido fólico, niacina, hipercalcemia, neurosífilis, SIDA)

– Intoxicaciones

E. Las alteraciones no ocurren únicamente durante un síndrome confusional agudo.

F. El trastorno no es atribuible a una alteración psiquiátrica que pudiera justificar las manifestaciones, como por ejemplo una depresión mayor o una esquizofrenia.

Primeros indicios y diagnóstico:

Hay ciertas señales que nos pueden indicar un inicio de una demencia, estos son:

  • Se olvida de las cosas que se le acaban de decir
  • Siempre encuentra justificación para su falta de memoria.
  • No entiende lo que se le dice.
  • Se vuelve más “discutidor” o agresivo/irascible.
  • No se puede razonar con el/ella.
  • Cambia de costumbres.
  • Guarda cosas y luego no las encuentra.
  • Tiene problemas para manejar el dinero.
  • Siempre hace la misma comida.

Si conoce a alguien con estos síntomas lo mejor es acudir al médico de cabecera para que haga una revisión y pueda derivar a un especialista, por ejemplo un neurólogo. No se debe esperar “a ver si mejora”, pues una detección precoz es vital para la calidad de vida de la persona.

El diagnóstico de una demencia requiere de diversas pruebas pues primero se deben descartar otras causas (enfermedades neurológicas, infecciones víricas, tumores, trastornos mentales, reacciones a medicamentos, etc…) además para identificar el tipo de demencia es posible que se necesiten pruebas como un escáner cerebral. Aparte de las pruebas médicas se le realizaran pruebas psicológicas o neurológicas en las que se le pedirá al sujeto que realice unos ejercicios de memoria, de sumas o de escritura, para comprobar el grado de deterioro (Mini mental state, MDRS, WAIS, CAMDEX-CAMCOG…). Es probable que también se pregunte a los familiares para identificar los síntomas (las personas con demencia no son muy fiables en sus explicaciones debido a las perdidas de memoria).

El tratamiento consistirá en una estimulación cognitiva y física en un centro especializado: Fisioterapia, orientación a la realidad, reminiscencia, terapia ocupacional de la vida diaria, logopedia, musicoterapia…

En ocasiones se recetan medicamentos para paliar síntomas asociados (por ejemplo agresividad) o para mejorar la memoria (más bien frenar ligeramente el deterioro, como el donezepilo o tacrina), pero estos medicamentos aún no han demostrado claramente su eficacia. Las benzodiacepinas pueden empeorar el estado cognitivo de la persona.

Tipos de demencia:

La demencia más frecuente es la del tipo Alzheimer pero es importante saber que existe muchas otras:

Degenerativas o Primarias, demencias puras:

  • Enfermedad de Alzheimer.
  • Enfermedad de Pick y otras demencias frontotemporales.
  • Demencia por Cuerpos de Lewy.

Secundarias (producidas por otras enfermedades o como consecuencia de otra enfermedad):

  • Demencia vascular o Demencia multiinfarto.
  • Demencia del SIDA. (demencia subcortical)
  • Hidrocefalia normotensiva.
  • Hipotiroidismo.
  • Deficiencias de Vitamina B6 o B12 (Demencia de Wernicke-Korsakoff), se suele dar en alcohólicos crónicos. (demencia axial)
  • Tumores

Y en casos muy raros:

  • Trauma cráneo-encefálico
  • Enfermedad de Parkinson (demencia subcortical)
  • Enfermedad de Huntington (demencia subcortical)
  • Enfermedad de Creutzfeldt-Jakob o encefalopatía espongiforme aguda (demencia cortical)

El Alzheimer:

Etapa 1 (leve): Pérdida de energía y espontaneidad. Muestran pérdida mínima de la memoria y cambios de humor, y son lentos para aprender y reaccionar. Ellos se hacen aislados, evitan la gente y los nuevos lugares y prefieren lo familiar. Se confunden, tienen dificultades para la organización y planificación, se pierden fácilmente y ejercen un pobre juicio. Puede haber dificultad para realizar las tareas rutinarias y dificultad para comunicarse y comprender material escrito. La pérdida de memoria puede empezar a afectar al rendimiento en el trabajo. Pueden convertirse en personas enojadas y frustradas.

Etapa 2 (moderada): Se inicia un grado mayor de discapacidad. Los individuos pueden todavía realizar tareas simples independientemente, pero pueden necesitar la ayuda con actividades más complicadas. Olvidan los acontecimientos recientes y su historia personal, y cada estan más desorientados y desconectados de la realidad. Pueden confundir memorias del pasado lejano con el presente y se afecta la capacidad de la persona para comprender la situación actual, fecha y hora. Pueden aparecer problemas para reconocer personas familiares. Aumentan los problemas del habla y comprensión. La lectura y la escritura son más difíciles, y el individuo puede inventar palabras. Ya no están seguros dejándoles solos y pueden empezar a deambular. Al hacerse más conscientes de su pérdida de control, se pueden hacer depresivos, irritables e inquietos o apáticos y aislados. Pueden aparecer trastornos del sueño y dificultades para comer, vestirse y asearse.

Etapa 3 (grave): Durante esta fase final, se pierde la capacidad para alimentarse solos, hablar, reconocer personas y el control de las funciones corporales. La memoria se agrava y puede llegar a ser casi inexistente. La atención constante de un cuidador es necesaria. En un estado físico debilitado, el paciente puede llegar a ser vulnerable a otras enfermedades y problemas respiratorios, sobre todo cuando tiene que estar confinado a la cama.

¿Qué puedo hacer para ayudar?

Es algo para lo que nadie esta preparado y que requiere un cambio de estilo de vida, por ello toda la familia debe implicarse. Esta tarea no debe asumirse en solitario. Deberemos aprender a vivir supervisando a la persona, facilitando o manteniendo las capacidades que la persona va perdiendo, potenciando el autocuidado la autonomía, la utilidad y la integración de la persona mientras sea posible. Debemos aprender que las personas con demencia no son niños pequeños, son personas adultas con una personalidad definida y unas vivencias que debemos aprender a utilizar en su beneficio. Debemos entender que no pueden evitar hacer las cosas que hacen.

Algunas recomendaciones son: No discutir sino cambiar de tema, transmitir tranquilidad utilizando un tono amable, hablarles de cerca y mirándoles a los ojos, usar frases cortas y sinceras, no pretender que decidan entre varias opciones, usar siempre la misma expresión para decir la misma cosa.

Para evitar riesgos hay que asegurarse que la persona no salga sola, que lleve siempre identificación y que las personas de su entorno y los vecinos estén avisados de la situación.

Dentro de las recomendaciones más técnicas se recomienda un entorno libre de riesgos (retirar alfombras, proteger radiadores, retirar objetos que se puedan romper, cerrar el agua y el gas, colocar barandillas en los baños, vigilar la temperatura del agua, retirar productos tóxicos). Además hay que intentar dejar sólo sus cosas a la vista, no cambiar muebles de sitio, utilizar luz tenue en la casa, adaptar el vestido y el calzado, establecer horarios y rutinas fijas y realizar las actividades no habituales por la mañana.

Una parte muy importante de cuidar de una persona es cuidarnos a nosotros mismos, la tarea de cuidadores es muy dura y es importante contar con el apoyo de otras personas o de un profesional, descansar periódicamente, mantener actividades diferentes a las habituales, aceptar la ayuda y mantener los objetivos personales así como compartir la experiencia personal.

FUENTE: Ceafa, infodoctor, documento informativo de AGADEA, “saber del Alzehimer”. Servicios sociales de Santiago de Compostela.

Imagen de: Pixabay

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