El número de ofertas educativas online ha ido creciendo y creciendo rápidamente en los últimos años, lo cual hace que nos preguntemos si en realidad esta forma de educación es efectiva… ¿Pueden estas clases virtuales evitar la gran cantidad de distracciones (email, redes sociales…) que asalta a los estudiantes estando sentados delante de sus ordenadores?
Según Harvard, sí puede, el truco está en examinar a los alumnos de forma temprana y frecuente (ahora es cuando muchos estudiantes se cabrean por decir que hay que hacer más exámenes…).
Según Daniel Schacter, el William R. Kenan y Karl Szpunar, al intercalar conferencias online con pruebas cortas, el vagabundeo de la mente del estudiante se ve reducido a la mitad, el hecho de que cojan apuntes se triplica, y la retención total de la materia mejora. Sus resultados se describen en un artículo publicado esta semana en Proceedings of the National Academy of Sciences.
“Lo que esperamos que esta investigación haga es demostrar que podemos utilizar técnicas experimentales muy fuertes de sonido para describir lo que funciona en la educación online y lo que no”, dijo Szpunar. “La pregunta es, básicamente, ¿cómo podemos optimizar el tiempo de los estudiantes cuando están en casa, tratando de aprender de conferencias online? ¿Cómo les ayudamos a extraer la información que necesitan lo más eficientemente posible?”
Algunos estudiantes dicen que atender a una clase online de una hora de duración les cuesta como 4 horas, debido a que están intentando combatir todas las distracciones que tienen alrededor. Así que, quizás, si les das a estos estudiantes un incentivo para prestar atención a lo que están haciendo, esto probablemente les ahorrará tiempo.
Mucha gente tiene montones de ideas sobre que técnicas de aprendizaje online son efectivas. Existe una especie de sabiduría popular que dice que las lecciones deben ser cortas y atractivas, pero todavía no hay estudios rigurosos que demuestren nada de esto.
Para conseguir respuestas que expliquen estas cuestiones, Szpunar y Novall Khan hicieron dos experimentos.
En el primero, un grupo de estudiantes vio una clase que había sido dividida en cuatro segmentos, cada uno de 5 minutos. Después de cada segmento, los estudiantes tenían que resolver algunos problemas matemáticos. Luego, algunos estudiantes fueron evaluados acerca de la materia tratada en la clase online, mientras que un grupo control resolvió más problemas matemáticos.
En el segundo experimento, los participantes fueron divididos en tres grupos. De forma similar al primer experimento, todos ellos comenzaron viendo una clase online que había sido fragmentada en cuatro segmentos. La diferencia fue que estos estudiantes fueron interrumpidos y se les preguntó si se estaban distrayendo.
“Fue sorprendente cuán alta era la tendencia basal de la mente a distraerse” dijo Schacter “En nuestros experimentos, cuando preguntábamos a los estudiantes si su mente se encontraba vagando, la respuesta fue afirmativa el 40% de las veces. Esto es un problema significativo.”
Tras cada segmento, los tres grupos resolvieron problemas matemáticos. Luego algunos estudiantes fueron examinados acerca de la clase, algunos resolvieron problemas matemáticos y a un tercer grupo se les dio la oportunidad de estudiar la materia de la clase una segunda vez.
Sorprendentemente, en ambos experimentos, los estudiantes que fueron evaluados entre cada segmento mostraron marcado descenso en el vagabundeo mental y mejoraron la retención general de material.
“No es suficiente partir una lección en partes para que una lección sea corta, como hicimos en nuestros experimentos.” dijo Schacter. “Tienes que evaluarles. Sólamente con partir la lección y dejarles hacer algo más, incluso permitirles volver a estudiar la materia, no hace nada por disminuir el vagabundeo mental ni para mejorar el resultado de la evaluación final.”
Los investigadores creen que estas evaluaciones actúan como un incentivo para que los estudiantes presten más atención a la clase porque saben que tendrán que responder preguntas al final de cada segmento.
Otro efecto sorprendente de esta técnica, fue reducir la ansiedad de los estudiantes ante las evaluaciones y aliviar sus miedos a que la materia de la clase sea muy difícil.
En el futuro, Schacter espera investigar si el “efecto evaluación” también puede reducir el vagabundeo de la mente en el aula.
Fuentes: Science Daily