Mucha gente tiene miedo a equivocarse, a comprometerse, a que le hagan daño, lamentablemente eso es parte de la vida y debemos aprender a vivir con esa incertidumbre y a arriesgar. Pero hay algunos consejos que nos pueden ayudar a guiar nuestras decisiones de una forma un tanto más razonada, aunque llegados al punto de estar en una situación de comprometernos probablemente todos hayamos perdido de vista el razonamiento y la decisión este ya de por sí tomada por nuestros sentimientos. Aún así vamos a ver una serie de aspectos y compatibilidades que deberíamos asegurarnos de tener en cuenta cuando emprendamos el viaje de vivir en pareja y cerrar un compromiso a largo plazo con alguien.
¿Qué debes plantearte?
Quiero empezar hablando del concepto que me parece más importante: El respeto. Pensareis que es algo lógico, pero os sorprenderíais de ver en cuantas relaciones falta. Con respeto me refiero a valorar a la otra persona, a no sentirnos superiores a ella, a valorar sus capacidades y sus posibilidades. Respetar a alguien es no acabar insultándole cada vez que discutimos, no pensar que es “idiota” la mayoría del tiempo y no menospreciar sus itinerarios u opciones de vida (por ejemplo pensar que su trabajo no es importante o que lo que hace es una tontería). Si no respetas a alguien de esta forma a la larga te vas a frustrar tu (y la otra persona) y la relación no va a funcionar pues una de las dos personas siempre será “mejor” y el otro el “pobrecito”. Como veis el respeto vas más allá del simple formalismo, sino que debes respetar quién y cómo es esa persona. En parte respetar la forma de ser de alguien implica no intentar cambiarla. Una relación sin respeto (que podríamos asemejar a admiración) será una relación que gradualmente irá conteniendo más menosprecios, palabras fuera de tono y malos gestos.
Otro aspecto muy importante es conocer bien a la otra persona, mucha gente cree que una relación es amoldarse al otro y esperan que el otro haga lo mismo. Esto no es así. La gente no cambia (y aunque algunos lo hagan, esta no debería ser la premisa de inicio de una relación), en cualquier caso de todas formas, si esperamos cambiar para gustarle a alguien o que esa persona cambie por nosotros, admitámoslo, no es la persona la que nos gusta, sino el ideal de relación que habíamos imaginado con ella (y que seguramente deberíamos estar iniciando con alguien que encajara más). Si una persona es poco extrovertida, no le gusta salir, le cuesta expresarse, podemos asumir que dentro de la lógica algo cambiara ese patrón, sí, pero solo algo, no tiene sentido querer estar con alguien solo cuando ya no es el mismo. Este es el segundo tipo de relaciones abocadas al fracaso, las relaciones en las que uno no puede ser él mismo y tiene que mantener un esfuerzo tan alto de hacer cosas por la otra persona (que no van con quien es) que al final acaba agobiado, agotado e infeliz. Además a nadie le gusta que intenten cambiarle. No se puede cambiar a la gente, si uno cambia porque quiere bien, si uno cambia porque se le obliga, mal.
La atracción física, sí, obviamente importa. Con atracción física no me refiero a que la otra persona tenga que ser modelo, sino que a ti te atraiga, aunque no sepas porqué. La atracción física no se basa solo en apariencia, incluye también olores, gestos, sonidos, etc… Hay gente que encuentra muy atractivo un acento, otra que se excita por ciertos olores corporales, ciertos rasgos específicos, etc… ¡para gustos colores!, pueden gustarte las personas altas, bajas, regordetas, muy delgadas, no importa, lo importante es que la atracción física este presente pues cuando los años pasen será un factor importante y más para aquellos que deseen tener hijos. El tema del olor corporal es muy importante y más para las mujeres, vivir de cerca con una persona durante mucho tiempo implica vivir con ese olor, parece un motivo extraño en el que fijarse, pero hay estudios que dicen que las personas más compatibles son aquellas cuyos olores les producen atracción física pues indican una buena compatibilidad de base (genética).
Y enlazando con este tema, siempre es importante contemplar la higiene de la otra persona, esto puede minar ¡y mucho! una relación. Y no, no todos tenemos los mismos hábitos.
¡Los detalles! Ninguno somos superficiales pero, créeme, si eres una persona muy detallista (y el otro no lo es en absoluto) o se tiene muy claro o al cabo de los años acabaremos sintiendo que la balanza no está equilibrada. Si eres una persona que necesita el detallismo este aspecto acabará haciéndote mella con los años. Además los estudios demuestran que las mejores relaciones de pareja (en cuanto a proyección de futuro) son aquellas con un cierto nivel de detallismo (una flor de vez en cuando, unas palabras bonitas, una chocolatina). No hablamos de gastarnos dinero, hablamos de detalles bonitos, no caros. Es importante para no caer en la rutina y la monotonía (y más si eres de los que se aburren fácilmente) que esa persona sea capaz de sorprenderte de vez en cuando, de improvisar alguna cosa y de tener algún detalle fuera de lo típico del día a día.
¿Es una persona tacaña? O ¿una persona mantenida? Esto se plantea desde el punto de vista que si vas a compartir la vida con alguien lo lógico es compartir los gastos de la misma. ¿Es una persona que colaborará económicamente cuando sea necesario?, ¿podréis compartir un patrimonio común?
¿Qué aporta esa persona a tu vida? Lo ideal es que te aporte algo nuevo, que esa persona saque cosas buenas de ti, que te abra nuevos horizontes en cierta manera, y con esto NO quiero decir que se tenga que crear una relación de dependencia en la que lo único interesante en tu vida sea tu pareja o que todo dependa de ella, no podemos basar nuestra felicidad en el otro, la felicidad viene primero de uno mismo. Pero una persona que no nos aporta nada, en realidad no nos complementa y nos acabaremos aburriendo. Incluso en las parejas que se parecen mucho, la pareja suele aportar algo al otro que no posee. Pero cuidadín con escoger parejas que suplan carencias y cosas por el estilo… Al fin y al cabo si la carencia es nuestra y cuando la acabemos resolviendo, esa pareja perderá su función. Tampoco debemos volcar nuestros problemas en otro y esperar que este los resuelva.
¿Es emprendedor? Con esto me refiero a si ambas personas en la relación son el tipo de persona que se mueve para buscar soluciones a los problemas, mejorar las condiciones de vida, seguir adelante. Esto acabará aplicándose a la pareja, las mejores relaciones son aquellas en las que ambas personas buscan más, mejorar la relación, solucionar los conflictos. El conformismo puede mellar mucho las relaciones.
Muy importe: ¿Está cuando le necesitas? Con los años ¿crees que estará ahí? (si no lo está ahora permítete dudar de que lo esté en un futuro). ¿Nos brinda nuestra pareja ayuda y atención en momentos de crisis, nos apoya emocionalmente? Al fin y al cabo la pareja debe estar en las buenas y en las malas. Hay un dicho que dice: “quien no te quiere en tu peor momento, no te merece en tu mejor”.
¿Te has planteado que pasará con sus vicios? ¿Muchos desaparecerán…? Pues puede que sí, que con la edad beba algo menos, pero lo cierto es que los vicios son malos de quitar, si ya te molesta alguno, ojito porque también pueden empeorar. Si esta persona fuma o bebe y te molesta piensa que probablemente eso será así siempre. Y ya si hablamos de vicios más grandes como las drogas o algunas adicciones ves con mucho cuidado, en estos casos más difícil es aún y es probable que la relación sufra (y mucho) por ello. Plantéate si estas dispuesta/o a vivir con ese vicio porque difícilmente se irá. ¿Tiene problemas con el juego? Estos vicios (adicciones más bien) ya requieren un tratamiento profesional y las relaciones suelen acabar muy mal con personas adictas.
Uno de los vicios más incompatibles con una relación sana, feliz y duradera es la relación con un adicto al trabajo. No va a estar ahí, no va a tener tiempo para ti, siempre va a estar cansado y fuera de casa. Y este también es un vicio que es poco probable que cambie. Tu y la familia seréis el segundo plano.
Así mismo fíjate a que se dedica, ¿implica su trabajo que va a viajar mucho, pasar largos periodos de tiempo fuera? Mentalízate porque tendrás que vivir con ello, a mucha gente le vale la pena y le compensa, a otros no.
A todo esto, ¿Como es su beber? ¿Tiene mal beber? Se enfada, se pone triste, ¿te menosprecia cuando bebe? Muuucho ojito, esto lo vamos a tener que soportar de tanto en cuanto y dice mucho de la persona. Más si es un bebedor habitual.
Y como no, llegamos al punto en el que todos habréis pensado al leer el título del artículo: ¿Te cae bien su familia? Pues aunque parezca mentira esto trae muchos quebraderos de cabeza y discusiones. Si vas a casarte con alguien procura mirar que te lleves bien con la familia, porque vas a pasar a ser parte de esa familia y porque van a tener una gran influencia en tu pareja, en sus opiniones y decisiones. Vas a coincidir en muchos eventos con los familiares y debes plantearte si la relación se resentirá por ello o por el contrario si se fortalecerá.
Contempla si tuvo traumas infantiles o si tuvo una infancia sencilla, muchas de sus conductas vendrán de ahí y es un factor importante a conocer de una persona. Podrás comprender porque hace muchas cosas y entender sus miedos y actitudes.
Así mismo como son sus amigos y como se lleve con ellos también es importante. Los amigos son una parte de la otra persona que también viene dado, aunque hagáis luego amigos en común, es importante que la otra persona no sienta que pierde a sus amigos por ti o que tiene que elegir. Así mismo y como veras seguramente mucho de ellos, piénsate como afectará a tu relación que los odies a muerte o que creas ejercen una mala influencia en tu pareja. Y el efecto es a la inversa también: si tu a ellos no les gustas eso también afectará a la pareja.
Como trata a los demás es importante pues nos puede traer muchos quebraderos de cabeza y roces… ¿En el restaurante amenaza al camarero, no da las gracias, es irrespetuoso con la gente mayor, no presta atención a sus amigos? Esto puede acabar dándonos más de un dolor de cabeza (si nosotros no somos así). Hay que pensar que el día a día es diferente a las relaciones iniciales en las que solo te ves de vez en cuando.
¿Te gusta como viste? Esto enlaza con lo de cambiar a los demás. Cada uno tiene su estilo, si no te gusta plantéate que no deberías intentarlo cambiar, luego tendrás que vivir con ello. Si consideras que es una persona extravagante y que te va a dar cosa salir con ella por ahí por como viste… Ahí tienes otra fuente de discusión.
¿Respetas o compartes las tradiciones o costumbres que le ha inculcado su familia? Fíjate en esto porque estas serán las costumbres que luego se podrán transmitir a tus hijos cuando forméis una familia juntos, ¿qué valores tiene? Aunque parezca mentira aquí podemos meter también si compartimos en cierta manera (o se pueden compatibilizar) las creencias religiosas y/o políticas.
¿Teme al compromiso? Aquí tenemos la gran cruz roja de las relaciones… ¿Sientes que siempre estiras de la otra persona, que le incomoda el compromiso, que se agobia fácilmente y acaba sintiéndose atrapado con el mínimo grado de compromiso? Puede que sea una persona que no tienen trabajado el tema del compromiso y que pueda salir con alguna cosa rara o que después de mucho tiempo sea incapaz de dar el paso final. Piensa a la larga el tiempo que vas a dedicar a esa relación y si te compensaría que la otra persona nunca acabara (objetiva o mentalmente) de comprometerse con la relación. Ir dejando puertas abiertas es señal de muy poco compromiso. Miedo a comprometernos tenemos todos en algún momento pues es lógico, pero más allá de eso puede traer muchas consecuencias si se mantiene.
A todo esto lo típico también importa, ¿Compartís intereses y aficiones? El deporte, los viajes, la naturaleza, si le gustan los animales… La convivencia implicará juntar actividades e intereses y cuando es difícil compartir estas actividades la relación se resiente (si solo es alguna no, pero si son todas…). Si tú tienes un gato y el los odia, si tu comes sano y haces ejercicio pero la otra persona no, si tu viajas mucho pero él lo odia y vas sola, etc…
Es importante poder compartir algo más íntimo y con significado que las actividades, una pareja debe poder compartir valores, actitudes, caminos. Es muy importante que te sientas a gusto y puedas expresarte abiertamente y ser sincero con esa persona, es muy importante la seguridad emocional.
Para acabar matizo que cada persona es un mundo y estas directrices no tienen porque seguirse todas ni para todos… de todas maneras nadie es perfecto, si solo tienes problemas con alguna cosa de las mencionadas se puede sobrevivir pero si todo lo de antes funciona mal plantéate si estas con la persona adecuada. Cada persona es un mundo pero el mundo como tal, tiene muchos universales.
Fuente: El Espectador.
Imagen: Wikimedia Commons.