Si habéis estado atent@s últimamente a las notícias internacionales, estaréis al tanto del gran conflicto vivido en Siria y de como parece que su actual régimen cada vez realiza ataques más atroces. Uno de ellos, según las últimas notícias, podría ser un ataque con armas químicas que habría causado hasta 1.300 muertos y la preocupación de la ONU, incluyendo a Rusia, uno de los históricos aliados de Siria. Pero, ¿qué efectos tienen este tipo de ataques y porque preocupa tanto a los otros países?
Para empezar, según cuentan en la BBC, un ataque químico como el ocurrido en Siria no provoca lesiones físicas externas, ni quemaduras en la piel, pero sí signos de asfixia y dificultad respiratoria, llegando a dejar una tonalidad rosada-azulada en la piel. Además, dejan algunos signos post mortem bastante característicos, como bien explica el excomandante Hamish Bretton-Gordon, de las Fuerzas Británicas contra el Terrorismo Químico y Biológico :
“Algunos de los síntomas, como la boca abierta, la mirada de muertes esculturales, son muy similares a lo que vimos en Halabja (el ataque con armas químicas que en 1988 Saddam Hussein lanzó indiscriminadamente para dar una lección a sus habitantes kurdos) donde miles de personas murieron por gas nervioso”,
“Algunas de las imágenes del video muestran a personas temblando, con las pupilas contraídas; sinónimos de algún tipo de agente químico”
Por si la imagen que nos viene a la cabeza no es ya suficientemente aterradora, los expertos indican que los pacientes parecen morir muy rápido, cosa que puede ser sinónimo de un ataque químico. Por ejemplo, el gas mostaza, usado en la guerra de Irak-Irán tardaba días, pero esta vez en Siria ha sido cuestión de horas o minutos, algo mucho peor que podría afectar al sistema nervioso humano.
Para los expertos, el posible agente químico usado en Siria parece ser el agente nervioso Sarín, más tóxico aún que el gas mostaza (otro agente químico que posee Siria en gran cantidad). E incluso podría existir otra sustancia mucho peor llamada gas VX.
Por un lado, el gas mostaza se caracteriza por provocar conjuntivitis, quemaduras en la piel, dolor de garganta, tos, susceptibilidad a infecciones e incluso neumonía. Como hemos señalado al principio, en el último ataque en Siria no existen lesiones externas, por lo que este tipo de agente químico se descarta.
Pero, por otro lado, tenemos el gas Sarín, hasta 20 veces más mortal que el gas mostaza e imposible de detectar, ya que carece de olor, sabor o color. Este gas ataca directamente al sistema nervioso causando un fallo respiratorio y la muerte en pocos minutos. Eso si, incluso las exposiciones leves causan síntomas, como irritación de los ojos, secreción nasal, visión borrosa, babeo, tos, presión en el pecho, diarrea, confusión, mareos y náuseas (todos ellos síntomas detectados en algunas víctimas en Siria, gracias a los vídeos que han circulado por la Red).
Finalmente, el gas VX es el peor de los tres, un agente nervioso conseguido con la mezcla de los dos anteriores, que causa quemaduras, sudoración, irritación, espasmos musculares, rinorrea, presión en el pecho, dolor de cabeza, náuseas, vómitos y pérdida de la coordinación, entre muchos otros síntomas.
Eso sí, parece que los expertos no acaban de creer que lo ocurrido en Siria sea un ataque químico, ya que las personas que están tratando a los individuos que han tenido un contacto leve con este gas no utilizan ningún tipo de protección, y aún asi parece que no se contaminan ni presentan síntomas, cosa que si debería pasar si se han usado armas químicas (muy contagiosas).
Por otro lado, no se ha visto utilizar antídotos ni descontaminantes potentes, sino tan solo agua o agua junto a detergente. Según los expertos, en un ataque químico esto no sería suficiente ni de lejos. Para una descontaminación correcta haría falta atropina y fisostigmina, tanto como antídoto para el gas Sarín como para el gas VX. El gas mostaza no tiene antídoto y debe ser eliminado del cuerpo en su totalidad.
Así que, como conclusión final, la ONU teme que los países en conflicto usen este tipo de armas biológicas no solo por la cantidad y rapidez de mortalidad que provocan, sino también porque su uso conlleva un contagio masivo entre los individuos que intentan ayudar a los afectados. Como comprenderéis, esto es mucho más peligroso que una bala, aunque lo más conveniente sería intentar evitar que no se produzcan ni ataques químicos ni físicos en países en conflicto como es Siria. Pero esto ya es una historia a tratar en otro tipo de blog.
Vía | BBC.