Como ya hemos hablado en otras (demasiadas) ocasiones, las enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer, el Parkinson o la demencia senil son los grandes males de nuestra época, al menos en la vejez. Sin embargo, aunque poco a poco vamos conociéndolos mejor, seguimos sin poder predecir a ciencia cierta si sufriremos alguno de estas enfermedades. Eso si, poco a poco vamos descubriendo algunos factores de riesgo, y también factores protectores, como el que os traigo hoy: Ser bilingüe puede protegernos de la demencia.
Al menos así lo afirma una reciente investigación, a cargo de Suvarna Alladi y sus colegas de los Institutos de Ciencias Médicas de Nizcam (India), la cual sugiere que aprender nuevos idiomas retrasaría el mal de la demencia. El estudio ha sido publicado en la prestigiosa revista Neurology.
Según la investigación, habría evidencias de que el bilingüismo retrasa hasta tres tipos diferentes de demencia, incluso en individuos analfabetos, por lo que el efecto protector del bilingüismo no va ligado a un nivel de educación determinado, sino solo al conocimiento de más de una lengua.
Para llegar a estos resultados, Alladi y sus colegas estudiaron los registros de 648 pacientes diagnosticados de demencia. Hasta la mitad de ellos, 391, eran bilingües.
“En general, los pacientes bilingües desarrollaron la demencia 4,5 años más tarde que los que conocían una única lengua. Este efecto se mostraba independiente de otros factores tales como la educación, el sexo, la ocupación laboral, y la residencia urbana o rural de los sujetos”
Por otra parte, Alladi y sus colegas comentan que estos 4,5 años de retraso en la aparición de demencia ya habían sido reportados en estudios previos. Además, se ha demostrado que el retraso ocurre hasta en tres tipos de demencia: Demencia frontotemporal, vascular, y el Alzheimer.
La causa por la que el bilingüismo protege contra estas enfermedades aún es desconocida, aunque un estudio canadiense de 2011 afirmó que en la enfermedad de Alzheimer existe atrofia cerebral, determinando que el cerebro puede estar muy dañado sin dar síntomas.
Por su parte, Alladi y sus colegas tienen la teoría de que el cambio rápido entre un idioma y otro puede requerir más funciones de atención y ejecución, actuando como un amortiguador frente a las demencias.
“Nuestros resultados ofrecen una fuerte evidencia de que existe un efecto protector del bilingüismo contra la demencia en una población radicalmente diferente de las poblaciones estudiadas hasta ahora”
Así que, como veis, es posible que aprender nuevos idiomas pueda darnos más alegrías que poder encontrar trabajo en diferentes ocupaciones o países. También puede protegernos de sufrir demencia (al menos, durante 5 años más).
Vía | Salon.