El Alzheimer debe ser, junto a la diabetes, una de las enfermedades más conocidas de nuestra era. Al menos ya existe algún que otro estudio sobre posibles fármacos o medidas para curarlo o, al menos, frenarlo. Hace poco supimos que un conocido antidepresivo podría frenar el Alzheimer, y también se ha comentado que el extracto de cacao jugaría un papel en la prevención de la enfermedad. Por si esto fuera poco, también se ha conseguido revertir el Alzheimer en ratones.
Pero, aún así, por el momento tan solo podemos quedarnos con las medidas preventivas contra el Alzheimer, medias externas. ¿Acaso no confiamos en nuestro cerebro? Pues, aunque no sea necesario “confiar” en él, sí parece saber defenderse. Y de hecho, lo hace.
El cerebro puede compensar el Alzheimer, al menos al principio
Al menos así lo asegura una nueva investigación de Nature Neuroscience, en la cual se afirma que el cerebro es capaz de compensar algunos de los primeros cambios producidos por la enfermedad de Alzheimer, es decir, que sería capaz de reclutar energía extra para mantener sus capacidades intactas.
En la investigación se estudió a 71 adultos sin signos de deterioro mental. En 16 de estos sujetos se demostró la existencia de depósitos de proteína amiloide, característicos de la enfermedad de Alzheimer. Posteriormente, se pidió a todos los participantes memorizar una serie de fotografías mientras se escaneaba sus cerebros con resonancia magnética funcional y poder así seguir su actividad cerebral. Se les pidió recordar lo esencial y más adelante el detalle de todas las imágenes que habían visto.
Ambos grupos realizaron igual de bien las pruebas, pero aquellos que poseían depósitos de amiloide mostraron una mayor actividad cerebral al recordar los detalles de las fotos. Según los científicos, esto sugeriría que sus cerebros tienen capacidad para adaptarse y compensar los daños tempranos por esta proteína. De hecho, esto explicaría porqué no todos los individuos con depósitos de proteína amiloide acaban mostrando clínica de la enfermedad, sino que solo les sucede a algunos.
Así lo comenta el Dr. William Jagust, director del estudio, de la Universidad de California:
“Creo que es muy posible que las personas que pasan toda la vida cognitivamente involucrados en estimular su actividad cerebral tienen cerebros más capaces de adaptarse a un daño potencial”
De todas formas, como dicen los investigadores, aún queda mucho por estudiar al respecto. Y, sobre todo, saber que conclusiones y remedios podemos sacar a partir de estos conocimientos.
Vía | BBC.