He escuchado a mi alrededor en numerosas ocasiones la frase de que cuanto más te afeitas o depilas, el pelo te crecerá con mayor fuerza cada vez. Incluso he oído que, cuando te sale por primera vez el bigote, cuanto más tarde te lo afeites es mejor porque tardará más en crecer.
Pero, ¿es cierta esa afirmación? ¿O solo es otra de esas leyendas urbanas que rápidamente se desmienten? En realidad, hasta cierto punto es razonable que se llegue a tal conclusión. Veámoslo más detenidamente.
Los cambios hormonales influyen en el crecimiento del pelo, NO el propio afeitado
El crecimiento del vello corporal se encuentra regulado por las hormonas sexuales, de ahí que durante la etapa de la pubertad, donde estas hormonas tienen un gran protagonismo, empiece a aparecer el pelo en el pubis, en las axilas y en otras partes del cuerpo.
Dicho esto, ya podemos entrar en la primera confusión que se produce. Cuando estamos al inicio de la pubertad, el bigote crece de manera muy débil. Si te afeitas, verás que en un tiempo relativamente corto crece con más fuerza, con más grosor.
Realmente, este hecho es totalmente normal, tanto si nos afeitamos como si no lo hacemos. Conforme van pasando los meses en esa etapa, el bigote se vuelve más fuerte, pero es algo natural por los cambios hormonales que acontecen.
Al afeitarnos dejamos al descubierto la parte más gruesa del pelo
El folículo piloso es la parte de la piel que da crecimiento al cabello. Es posible que su estructura, su forma, nos de la sensación de que cada vez que nos afeitamos o depilamos, el pelo crece con más fuerza, pero tiene fácil explicación.
Podríamos decir que el folículo piloso tiene forma de lápiz. Conforme te acercas a la punta del lápiz, más fino se vuelve. Algo similar sucede en el folículo piloso, pues la parte distal es más fina que la parte profunda. Por ello, cuando nos afeitamos, eliminamos la parte fina del pelo y dejamos como residuo la que presenta mayor grosor.
Además, si pasamos la mano por esa zona, notaremos rápidamente que se ha vuelto más áspero al tacto. Sin embargo, esto no tiene importancia puesto que con el tiempo volverá a tener la misma textura y aspecto.
Existen experimentos científicos que han analizado este mito
Como siempre ocurre en la ciencia, hasta que no se realicen los experimentos oportunos, no podemos sacar conclusiones certeras.
En un estudio que se publicó en 1970, cinco jóvenes varones indoeuropeos accedieron a comprobar la veracidad de la frase que aparece en el título de esta entrada.
Para ello, cada voluntario se depiló únicamente una pierna cada semana durante varios meses, mientras que la otra pierna se dejaba como control, sin depilación. Obviamente, podían llevar pantalones largos en su vida cotidiana para no aparentar ser unos descuidados en su higiene personal.
Como ya os podéis imaginar, al cabo de unos meses no se encontró ninguna diferencia entre el pelo de una pierna comparada con la otra: ni mayor grosor, ni mayor aspereza, ni mayor velocidad de crecimiento. Esa aserción era falsa y, por tanto, un mito.
Asimismo, si tomáramos como cierto que el pelo crece con fuerza cada vez que nos lo cortamos, ésta sería una medida buenísima para evitar la pérdida del cabello en la calvicie. Desafortunadamente, esto no es así ni mucho menos.
En definitiva, no caigáis en esta leyenda urbana que no tiene ni por donde cogerse cuando la sometemos al raciocinio y la examinamos a través de la lupa científica. La próxima vez que escuchéis algo por el estilo, ya podéis poneros las gafas de sabiondo, adquirir una postura sutil y disparar todos los conocimientos que habéis aprendido.