Hoy vamos a hablar del éxito que tienen los proyectos de reintroducción de especies para evitar su extinción. Nada más leer la noticia me ha parecido un tema perfecto para contaros porque este análisis era realmente necesario, como podréis comprobar por los datos obtenidos, explicados más abajo.
La investigación, en la que han colaborado el Museo de Ciencias Naturales, la Universidad del Estado de Arizona, la Universidad Miguel Hernández de Elche, la Universidad de Castilla-La Mancha, la Estación Biológica de Doñana y el Centro de Investigación Ambiental Helmholtz (UFZ), ha examinado 280 estudios publicados en las principales revistas de biología de la conservación y 174 proyectos de reintroducción llevados a cabo España en las últimas dos décadas para analizar si cumplen los criterios que garanticen su necesidad y utilidad. Los resultados se han publicado en la revista Frontiers in the Ecology and the Environment y la conclusión es que menos del 5% de estos proyectos consiguen realmente su propósito. La pregunta clave es ¿a qué se debe este bajísimo porcentaje? Vamos a descubrilo.
¿A qué se debe el bajo porcentaje de eficacia?
Antes de nada debemos saber en qué consiste este método. La reintroducción consiste en liberar ejemplares procedentes de un área en otra distinta para que se restablezcan poblaciones viables de especies amenazadas. Estos proyectos son cada vez más abundantes pero su eficacia es dudosa, de ahí la necesidad de este análisis.
Los motivos principales por los que estos proyectos no llegan a buen puerto me han dejado muy sorprendida. Se ha descubierto que en muchas ocasiones no se tienen en cuenta los motivos por los que una especie está declive. Antes de plantear cómo salvar una especie de la extinción hay que preguntarse por qué está en esa situación. Pero lo peor de todo es que en muchas ocasiones no se tienen en cuenta aspectos biológicos, sino que se han hecho proyectos de reintroducción atendiendo a aspectos filosóficos, estéticos o sociopolíticos. No salgo de mi asombro.
Otras veces los proyectos fracasan aun habiendo estudiado los detalles al milímetro. También hay que tener en cuenta las consecuencias no deseadas a largo plazo de estos proyectos como pueden ser la introducción de enfermedades o la disminución de la diversidad genética, entre otros.
¿Cómo se podría mejorar la eficacia de las reintroducciones?
El grupo de investigación propone un método de evaluación consistente en 10 pasos a seguir que responden a 3 aspectos fundamentales:
- Valorar si realmente es necesaria la reintroducción. Punto fundamental, básicamente porque tal vez se haga mucho esfuerzo por alguna especie por la que ya no podemos hacer nada.
- Ponderar los riesgos asociados. Valorar el impacto que puede tener esa reintroducción.
- Analizar si es viable desde un punto de vista técnico y logístico. Con los medios de los que disponemos, ¿se puede hacer?
Y atención a los datos que se han deducido según este sistema de evaluación: el 65% de las reintroducciones realizadas en España fueron innecesarias, el 79% podrían haber tenido impactos negativos y el 90% no estaban bien diseñadas técnicamente. Además, de los proyectos considerados necesarios, sólo el 30% podía garantizar la ausencia de riesgos importantes y sólo el 36% contaba con un diseño logístico y técnico apropiado. Este balance nos deja que tan sólo el 4% de los proyectos acometidos pueden considerarse necesarios para proteger las especies de interés.
Vuelvo a repetir que esta noticia me ha dejado muy impactada. Me resulta difícil entender que no hubiese más control sobre esto pero como más vale tarde que nunca, esperemos que este decálogo ayude a que los proyectos sean realmente eficaces, así se podrán evitar consecuencias negativas, ahorro de costes, conseguir el objetivo y, sobre todo, evitar pérdidas de tiempo.
Fuente: SINC