Ayer, día 1 de julio, empezó a ponerse en práctica una de las nuevas medidas de recortes en sanidad, el copago farmacéutico o, como el gobierno prefiere llamarlo, “medidas sobre la prestación farmacéutica de medicamentos y productos sanitarios”, a excepción del País Vasco (donde al parecer no se aplicará la medida) y la Comunidad de Madrid (donde entra hoy en vigor).
En medciencia, conscientes de la gran desinformación existente sobre el tema, os explicamos hoy cómo os afectará esta medida a cada uno de vosotros.
Es una medida mediante la cual los ciudadanos españoles usuarios de la sanidad pública, mediante tarjeta sanitaria de la Seguridad Social, deberán abonar una parte del precio de los medicamentos al ir a recogerlos a la farmacia. El porcentaje que deberá pagar cada ciudadano dependerá del nivel de renta de cada uno.
Con esta medida, el gobierno pretende ahorrar hasta 7.400 millones de euros y, además, mejorar la eficiencia del sistema farmaceútico reduciendo el consumo excesivo de medicamentos.
Los ciudadanos que tengan empleo (escasos en estos tiempos) se dividen según su renta en:
1.- Si su renta es inferior a 18.000 € seguirán pagando el 40% del precio de los medicamentos, lo mismo que pagábamos hasta ahora.
2.- Si el nivel de renta se encuentra entre los 18.000 € y los 100.000 €, deberán abonar el 50% del importe.
3.- Si el nivel de renta supera los 100.000 € el porcentaje a abonar será el 60%.
4.- Los funcionarios, los militares y el personal al servicio de la administración de justicia abonaran el 30%.
Para los pensionistas el porcentaje a abonar será del 10% del importe del medicamento, a excepción de los pensionistas cuya renta supere los 100.000€ (que se acogerían a la clasificación anterior abonando el 60% de la cuantía del medicamento) y los beneficiarios de pensiones no contributivas que quedan exentos de cualquier pago.
Además, para los pensionistas existe un tope en la cantidad mensual a pagar por los medicamentos, medida que supuestamente evitaría perjudicar al gran porcentaje de este sector de la población que recibe medicación de forma crónica. Los topes serán de 8 € para los pensionistas cuya renta sea inferior a 18.000€, 18€ para los pensionistas cuyo nivel de renta se encuentre entre 18.000 y 100.000€ y de 60€ para los pensionistas cuya renta sea mayor a 100.000€.
Esto de los topes no quiere decir que cuando llegue a esa cantidad el pensionista en cuestión no tenga que pagar más en ese mes, sino que, dicen, en un periodo de 3 a 6 meses le será reembolsada la diferencia. Habrá que esperar a ver como resuelven exactamente esto las Comunidades Autónomas porque de momento hay que reconocer que este aspecto huele un poco a chamusquina.
En cuanto a los parados, si perciben una renta mínima de inserción o bien ya no reciben ninguna prestación por desempleo, no tendrán que pagar por los medicamentos.
Otros ciudadanos que se salvan de esta medida (además de los beneficiarios de pensiones no contributivas, los parados de larga duración y los perceptores de rentas de integración social) son las personas con discapacidad, los afectados del síndrome tóxico y aquellos que sigan un tratamiento derivado de un accidente de trabajo o de una enfermedad profesional.
Pues resulta que con todas las prisas con las que se ha puesto en marcha esta medida, ha sido instalado en todas las farmacias un programa informático que cruza los datos del Instituto Nacional de la Seguridad Social con los datos de Hacienda. Así pues, con todos estos datos se establece un sistema de códigos, en las recetas que os facilitará vuestro médico aparecerá un numero que puede ir del 001 al 006 y que será el que dará la clave al farmacéutico de cuanto te corresponde pagar.
Por lo tanto, este sistema informático instalado de forma casi improvisada parece ser que es bastante probable que no quede exento de algunos (o muchos) errores. Sin embargo, FACUA (Federación de Asociaciones de Consumidores y Usuarios de Andalucía) alerta que ni siquiera se conocen cuáles serán los protocolos que tendrán que emprender los usuarios para reclamar cantidades que les sean cobradas indebidamente. Así que estad atentos, porque si no estáis de acuerdo (aunque nadie está de acuerdo en pagar cada vez más por todo) con la cantidad asignada o creéis que existe algún error sólo queda dirigirse a las hojas de reclamaciones que la mayoría de las farmacéuticas han habilitado y esperar que os faciliten una solución satisfactoria.
Fuentes: Boletín Oficial del Estado / FACUA / Público