Tomar la mitad de sal, tan beneficioso como dejar de fumar

Imagino que la mayoría de vosotros ya os habréis percatado que, en temas alimentarios, ningún exceso es recomendable. Tanto si es un alimento saludable como el aceite de oliva (su exceso puede aumentar nuestro peso) como si es uno menos recomendable como bollería industrial, dulces o sal. El problema con esta última, la sal, es que realmente no somos conscientes de toda la que tomamos, porque se calcula que sólo entre el 20-30% de la sal que consumimos procede directamente de la que nosotros adicionamos a los alimentos. El otro 80-70% de la sal procede de alimentos que ya la contienen como el pan, fiambres y embutidos, conservas, alimentos enlatados o precocinados.

Como ya os conté en la entrada sobre exceso de sal y cáncer de estómago, la Organización Mundial de la Salud (OMS) estableció en 6g el consumo máximo diario de sal, cantidad muy por debajo de la que ingiere la población general, que se cifra entre 10g y 12g. Esta sobreingesta puede ser la responsable de la alta prevalencia de hipertensión arterial (causante del 62% de los accidentes cerebrovasculares y del 42% de las enfermedades del corazón, según la OMS) ya que la sal contribuye a la retención de líquidos por parte del organismo, lo que produce mayor presión sobre las arterias.

Es por ello que la Fundación Española del Corazón (FEC) ha querido concienciarnos mostrándonos los datos de un estudio que sugiere que reduciendo a la mitad la sal que consume el ciudadano medio, obtendríamos beneficios en la salud comparables a los derivados de dejar de fumar.

La investigación en cuestión fue publicada en The New England Journal of Medicine  y realizó una simulación sobre los efectos que serían de esperar al reducir el consumo de sal en la población de Estados Unidos.

Tras realizar un modelo de simulación por ordenador sobre la incidencia y prevalencia de enfermedades cardiovasculares, la mortalidad y los costes derivados en la población estadounidense mayor de 35 años, se constató que una reducción dietética de 3g diarios de sal disminuiría el número anual de enfermedades cardiovasculares entre 60.000 y 120.000 casos, de ictus entre 32.000 y 66.000, de infarto de miocardio entre 54.000 y 99.000, y de fallecimiento por cualquier causa entre 44.000 y 92.000 casos al año.

Ante estos datos, la Dra Mazón reflexiona que:

Conseguir una reducción en el consumo de sal es una tarea que requiere el esfuerzo de todas las partes implicadas. Por un lado está el propio ciudadano, que puede empezar a aplicar medidas como cocinar sin sal, retirar el salero de la mesa o comprar productos que no añadan tanta sal; por otro lado está la industria alimentaria, que debería disminuir la cantidad de sal que le añade a los productos y hacer un etiquetado más fácil de entender y que informara de la cantidad de sal añadida; y finalmente se encuentran los organismos públicos, que deberían tomar medidas restrictivas relacionadas con el consumo de sal así como iniciar campañas masivas dirigidas a informar sobre los efectos nocivos de esta

Vía| FEC

Imagen| indianapublicmedia

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