Últimamente está cada vez más de actualidad la posibilidad de reducir las horas de trabajo en algunos puestos y poder repartir dicho trabajo entre más individuos, a modo de solucionar la crisis de paro que están atravesando algunos países de Europa. Esta posibilidad está bien siempre y cuando los salarios sean justos, ya que así se da trabajo a más personas. Pero, ¿trabajando menos se es más feliz? Aunque tod@s pensaráis que si (incluido yo), un estudio niega la “lógica”.
Según la investigación, publicada en el Journal of Happiness Studies, y que ha constado de 10 años de análisis longitudinal afirma que menos horas de trabajo no implican mayor felicidad. Para que os hagáis una idea, el estudio se llevó a cabo en Corea del Sur, donde a partir de 2004 se aprobó la reducción de jornada laboral entre sus trabajadores en un intento de aumentar su felicidad. En un principio la satisfacción de los coreanos con su número de horas de trabajo aumentó, pero no hubo ningún tipo de modificación en sus satisfacción por su vida en general o por su trabajo en particular. Es decir, su felicidad no aumentaba.
Antes de esta reforma, la jornada laboral del país era de 5 días semanales con un total de 44 horas laborales (¡menuda burrada!), que posteriormente se redujo a 40 horas semanales, y se dejó el sábado oficialmente libre. La reforma tenía como objetivo combatir la baja productividad y las elevadas tasas de lesiones en los puestos de trabajo, ambas asociadas a las largas horas que se mantenían trabajando los coreanos.
Así pues, este estudio empezó en 1998 y acabó en 2008, un período de tiempo donde la jornada laboral se redujo un 10%, sin mostrar un aumento de felicidad significativo. Según los expertos, la falta de aumento de felicidad podría deberse a que las empresas, al reducir la jornada laboral, aumentaban la intensidad del trabajo para obtener los mismos resultados con menos tiempo.
“Muchas empresas respondieron con un aumento de la intensidad del trabajo y ajustes a la baja de la licencia y las vacaciones de los empleados para rellenar el vacío”
Eso si, las mujeres coreanas si mostraron un aumento en la satisfacción con sus horas de trabajo, pero los investigadores lo atribuyen al conflicto que enfrentan las mujeres coreanas para equilibrar el trabajo con sus obligaciones familiares tradicionales, como cuidar de los niños y llevar las tareas del hogar. Cabe añadir que el estudio solo examinó individuos casados o parejas con niños, por lo que las mujeres solteras quedaban excluidas y no se sabe como reaccionaron a la reducción de horas laborales. En lo que respecta a las mujeres casadas, el estudio encontró que dedicaban sus nuevas horas libres a las tareas del hogar.
Para finalizar, el autor principal de la investigación concluye que o las largas horas laborales no están tan ligadas a la felicidad como pensabamos (cosa con la que particularmente discrepo enormemente), o bien la culpa de la falta de satisfacción de los coreanos se debe al aumento de la intensidad del trabajo por parte de las empresas a fin de “recuperar” esas horas perdidas, cosa que parece más lógica que la primera opción.
Además, como este estudio solo se ha centrado en un determinado grupo de individuos (casados o convivientes con niños), no es extrapolable a la población general.
Vía | Popular Science.