Un análisis de sangre hoy en día nos puede decir muchísimas cosas, desde descubrir alguna infección, hasta enfermedades metabólicas, pasando por el potencial uso del análisis de sangre para diagnosticar el Alzheimer , o el cáncer de mama en un futuro. Sin embargo, hasta ahora no nos lo habíamos preguntado: ¿Se puede calcular la esperanza de vida gracias a nuestra sangre?
En otras ocasiones hablamos de la poca eficacia que parecen tener las revisiones médicas periódicas sobre nuestra esperanza de vida. Sin embargo, ¿que hay más fácil que un simple análisis sanguíneo para darnos una puntuación de riesgo? Eso parecen haber pensado los investigadores que asistirán a las Sesiones Científicas de la Asociación Americana del Corazón (en Dallas, EE.UU.), donde presentarán este trabajo que afirma predecir la probabilidad de desarrollar problemas cardíacos y calcular la esperanza de vida.
Estos científicos, del Centro Médico del Corazón del Instituto Intermountain en Murray, Utah, Estados Unidos; junto a los científicos del Hospital Brigham y de Mujeres de la Universidad de Harvard, en Boston, Estados Unidos, han estado trabajando en el uso del recuento sanguíneo completo (CBC en inglés) o hemograma completo, un análisis de sangre común donde se incluyen datos que se usan menos de lo que se debería. Gracias a esta simple y barata prueba se podría ofrecer un puntuaje de riesgo y llegar a usarlo como un método estándar para evaluar si los pacientes tendrán futuros problemas de salud que puedan conducirlos a la muerte.
Así lo comenta el doctor Benjamin Home, director de Epidemiología Cardiovascular y Genética en el Centro Médico del Corazón del Instituto Intermountain:
“Entre los individuos aparentemente sanos, la puntuación de riesgo puede ayudar a los médicos a identificar qué pacientes tienen mayor riesgo, así como en cuáles deberían centrarse durante más tiempo y con más esfuerzo. La puntuación también ofrece a los médicos confianza para la identificación de individuos de bajo riesgo que no necesitan mucha atención o pruebas costosas”
Para llegar a tales afirmaciones, durante este trabajo se estudiaron pruebas de laboratorio CBC recopiladas en el estudio JUPITER, un ensayo clínico aleatorio de un medicamento para reducir el colesterol (la rosuvastatina), a cargo del cardiólogo Paul M. Ridker, y donde participaron 17.000 personas de 26 países durante 5 años.
En dicho ensayo clínico, los participantes no tenían enfermedades cardiovasculares y tenían unos niveles normales de colesterol LDL o “colesterol malo”, pero si poseían un marcador de inflamación elevado: la proteina C-reactiva o PCR, asociado a enfermedades cardiovasculares. Así pues, cuando los investigadores de Intermountain evaluaron la puntuación de riesgo de CBC de los participantes del ensayo JUPITER pensaron que podía ser una gran herramienta a analizar y relacionarla con el riesgo de muerte.
Por tanto, se determinó que aquellos individuos con un CBC de poco riesgo tenían muy pocas probabilidades de morir, si tenían un CBC medio tenían hasta un 50% más de riesgo de muerte, y aquellas personas con un CBC de riesgo algo tenían hasta el doble de posibilidades de morir que aquellos con CBC de bajo riesgo, según comentan los investigadores:
“Tenemos una forma estandarizada de evaluar el riesgo de mortalidad en todas las personas, no sólo en los que tienen un historial de enfermedades del corazón”
“Una de las maravillas de esta puntuación es que utiliza información médica clínica familiar, estandarizada y en formato electrónico. El coste financiero también es casi nulo porque a la mayoría de los pacientes se les hace la prueba de CBC. El costo clínico también es bajo, gracias a la historia clínica electrónica”
Como conclusión, cabe añadir que es un tema que debe seguir siendo estudiado y desarrollado, pero sería verdaderamente paradójico conseguir tan buenos resultados a tan bajo coste. Paradójico, pero provechoso, que es lo que cuenta al fin y al cabo.
Vía | EuropaPress.