No se si sois fans o al menos conocéis los libros y películas del gran Harry Potter (yo me he llegado a leer cada libro unas cuatro veces, no digo más). La cosa es que en uno de estos libros su protagonista, Harry, acaba sin huesos en uno de sus brazos porque intentan repararselo mediante un conjuro mágico (si, toda la serie de libros está llena de magia, pero parece ser que reparar huesos era más complicado). Y claro, se lía parda. Ahora imaginemos que si se pudieran reparar huesos, es decir, hacer que vuelvan a crecer relativamente rápido. ¿Magia? No, más bien ciencia.
Lo que han conseguido los científicos de la Universidad de Southampton y la Universidad de Northampton es desarrollar un gel inyectable que contiene células madre magnéticas capaces de reparar tanto hueso como cartílago dañado, intentando imitar las condiciones que se dan en los bebés cuando se produce la reparación de estos tejidos. Esto lo han podido llevar a cabo añadiendo pequeñas (minúsculas) partículas magnéticas a la superficie de las células madre que incluye este gel.
A modo de vendaje, estas células recubiertas de partículas magnéticas estimulan el crecimiento del hueso. Una técnica que ya ha tenido éxito en ratones y pollos, y que próximamente será probada en humanos (probablemente a finales de este año).
Así lo explica la profesora Alicia El Haj, del Instituto para la Ciencia y la Tecnología en Medicina de la Universidad de Keele:
“Estamos intentando imitar el desarrollo del cuerpo humano para poder tratar los huesos rotos y las lesiones ortopédicas”
“Normalmente tras una lesión se desarrolla cartílago a modo de plantilla para que posteriormente crezca el hueso. Cuanta más estimulación haya, más denso será dicho hueso. Por ello, los pacientes que tienen una lesión y no salen a caminar o no cargan cierto peso sobre estos huesos tienen problemas para conseguir una densidad óptima en su hueso lesionado. Con este nuevo gel inyectable y las células madre que contiene podemos llevar a cabo esta estimulación y conseguir una densidad osea adecuada en los pacientes lesionados mientras estos aún están encamados u hospitalizados”
El gel trabaja de la siguiente manera: se obtienen células madre del propio paciente (como células de la piel, por ejemplo), se introducen en un gel líquido que se solidifica a medida que cambia de temperatura una vez se encuentra en el interior del cuerpo. Una vez sólido, crea una especie de “plantilla” para hacer crecer el nuevo hueso. Además, las partículas magnéticas anteriormente mencionadas pueden adherirse a los canales celulares responsables de abrirse en respuesta a la tensión por el ejercicio físico, cosa que estimula a las mismas células para crecer más gruesas y fuertes.
Los científicos descubrieron que mediante un campo magnético podían imitar este estímulo sin necesidad de que se produjera el ejercicio físico, por lo que han conseguido que se desarrolle y estimule la formación de hueso solo con usar el gel. Brillante.
Vía | The Telegraph.
Imagen | Antoniope.