Las resistencias a los antibióticos son cada vez más preocupantes. De hecho, poco a poco vamos descubriendo algo más sobre ellas, como el hecho de que las bacterias solitarias se vuelven resistentes antes que si se encuentran en grupos. Además, tenemos ya en el punto de mira al menos 5 enfermedades que se volverán resistentes pronto, y debemos estar al tanto. Actualmente las resistencias vienen de las llamadas “superbacterias“, que desarrollan mecanismos especiales para hacer frente a casi cualquier antibiótico, aunque finalmente y tras un arduo esfuerzo terapeutico, se puede conseguir su curación. Por otra parte poco a poco van surgiendo alternativas para tratar estas superbacterias, sin usar antibióticos, aunque parece que no acaban de convencer por unas cosas u otras.
Las alternativas actuales… que no acaban de convencer
Una de las posibilidades planteadas para acabar con las superbacterias evitando usar los conocidos antibióticos viene de lejos. De hecho, hace siglos que se conoce esta posibilidad, y tan solo los científicos rusos durante la Segunda Guerra Mundial intentaron estudiar su potencial (mientras occidente explotaba y mejoraba los antibióticos).
Se trata de virus, concretamente un virus llamado bacteriófago, cuya habilidad más destacable es actuar como una especie de misil teledirigido hacía las bacterias concretas contra las que tiene posibilidad de atacar. Es muy específico, lo que implica que las bacterias que reconozca acabaran destruidas; pero a su vez es poco sensible, lo que quiere decir que si existe más de un tipo de bacteria no podrá acabar con todas. Además, su fabricación es barata, pues no existen patentes al respecto (este método se conoce hace siglos y las farmacéuticas no han podido patentarlo), aunque su almacenamiento si es caro todavía. Por tanto, si no es una inversión rentable, su investigación puede caer en saco roto… Por el momento la Unión Europea invertirá 5,2 millones para su investigación.
Por otra parte, hace poco se publicó un estudio por parte de la Universidad de East Anglia que hablaba sobre un método que no consistiría en atacar a las bacterias de la forma típica o destruir alguno de sus componentes, sino que evitaría directamente la formación de su capa de protección. Esencialmente esto significaría destruir a la bacteria por capas, y evitar las resistencias, dejando así el paso libre a los antibióticos. Pero aún queda mucho que investigar al respecto y no hay nada completamente seguro.
Un hongo, la nueva alternativa para poner fin a las superbacterias
Ahora parece haber surgido un nuevo método para acabar con las resistencias, que esperemos que sea el definitivo. Desde la Universidad de McMaster, en Canadá, nos llega un descubrimiento que podría cambiar las cosas si las sucesivas investigaciones lo confirman: Un hongo común podría tener la clave para evitar las resistencias a los antibióticos.
Dicha clave en cuestión sería una molécula llamada AMA, capaz de llevar a las superbacterias a un “punto cero” donde podrían ser tratables con antibióticos normales. Estas superbacterias contienen un gen llamado NDM-1, la que impide penetrar a los antibióticos. Sin embargo, la molécula de los hongos, AMA, es capaz de limpiar a NDM-1 y dejar paso a los medicamentos.
Para comprobarlo, se combinó el gen NDM-1 con las conocidas bacterias E.coli, y posteriormente se infectó a unos ratones con estas superbacterias artificiales. A un grupo de ratones se les dio AMA junto a un antibiótico, a otros solo AMA, y al tercer grupo solo el antibiótico. Como podréis imaginar, solo los ratones que recibieron AMA junto al antibiótico sobrevivieron.
De momento el potencial de este descubrimiento es enorme y podría solucionar muchos de los problemas actuales con las resistencias. Pero aún es pronto para cantar victoria, pues estos bichitos son muy escurridizos, y se adaptan terriblemente rápido a los nuevos tratamientos. Veremos si este es el definitivo.
Vía | Universidad de McMaster..