A día de hoy tenemos a nuestra disposición bastantes métodos anticonceptivos pero es cierto que los hombres disponen de un menor número que las mujeres. La píldora anticonceptiva masculina ya está en estudio pero hasta ahora no se ha aprobado ninguna que se pueda comercializar aún. Sin embargo, una nueva investigación basada en los mecanismos que permiten la correcta natación de los espermatozoides aporta información sobre la esterilidad masculina y la posible aplicación en una píldora anticonceptiva masculina eficaz. En la imagen de portada podemos ver a unos cuantos espermatozoides luchando por entrar en un óvulo. Sólo uno lo conseguirá.
La investigación ha sido llevada a cabo por científicos de varias Universidades de Australia y del Reino Unido. La esterilidad masculina afecta a 1 de cada 20 hombres jóvenes y en la mayoría de los casos se desconoce el motivo. No obstante, los problemas de fertilidad se asocian con la motilidad de los espermatozoides, es decir, su capacidad para nadar. Los espermatozoides nadan gracias a su cola, que es realmente un potente flagelo que realiza movimientos ondulatorios. Cualquier fallo en los flagelos hace que no naden bien o directamente que no puedan nadar, imposibilitando su entrada en el óvulo femenino.
Proteínas indispensables para la correcta función de los flagelos
La investigación se ha centrado en el estudio de un grupo de proteínas que controlan la unión entre algunos de los elementos que forman la cola del espermatozoide. Cualquier fallo en estas proteínas resulta en esterilidad debido a que la producción de esperma se reduce en un 50%, los espermatozoides poseen unas colas un 17% más cortas y la movilidad es totalmente anormal.
Por tanto, este grupo de proteínas es esencial para la fertilidad masculina y al mismo tiempo una diana de ataque para estudiar una posible píldora anticonceptiva masculina.
La única pega es que este grupo de proteínas también se encuentran en otros tejidos del cuerpo humano, concretamente en hígado, riñón y cerebro así que la idea es muy buena pero habría que desarrollar una técnica que sólo afectase a las proteínas de los espermatozoides.
En cuanto esto sea posible tendremos otro método anticonceptivo más a nuestra disposición.
Fuente: PLoS Genetics