Un nuevo fármaco contra la obesidad que reduce la producción de grasa – Medciencia

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Actualmente los tratamientos para combatir la obesidad, al menos en las terapias farmacológicas, se basan en reducir el apetito a través del núcleo cerebral encargado de tal tarea, o intentando reducir la absorción de grasa (este último forma parte del tratamiento de los enfermos con insuficiencia cardíaca, por ejemplo). Pero, ¿y si en lugar de tratar la obesidad desde el cerebro nos centramos más en tratarla desde el propio cuerpo? Concretamente me refiero a la grasa, y no, no hablamos de liposucciones más baratas.

Lo que han estado investigando los científicos de la compañía farmacéutica Zafgen es una terapia experimental basada en que sea el propio cuerpo el que produzca menos grasa, y que la grasa sobrante la use como combustible (algo que nuestro cuerpo hace normalmente, pero solo cuando ya no quedan hidratos de carbono que quemar, por lo que el orden es 1) hidratos, 2) grasas y 3) proteínas). Así pues, el fármaco, llamado “Belonarib”, se diferencia de los actuales en que no suprime el apetito ni trata la obesidad a nivel cerebral, sino a nivel corporal.

Así lo ha explicado Thomas Hughes, el presidente de Zafgen:

“Esto ocurre en contraste con otros agentes que en realidad sólo afectan el hambre y no restauran efectivamente el equilibrio de la grasa”

Como podréis imaginar, el fármaco aún está en pruebas y no podremos verlo comercializado hasta dentro de algunos años (unos 8 o 10 años para que os hagáis una idea).

“Muchos de los fármacos se han enfocado históricamente en trabajar las señales en una pequeña área del hipotálamo”

“Esto está muy cerca de las señales de satisfacción y tristeza. La depresión y los pensamientos suicidas son corregulados por la misma área del hipotálamo”

Es decir, los fármacos enfocados a tratar la obesidad centrandose en reducir el apetito tienen ciertos efectos secundarios, cosa que -de momento- no parece presentar el Belonarib. Como efectos secundarios más comunes de momento se habla de náuseas, vómitos y alteraciones del sueño. Estos efectos secundarios se catalogan como leves y bastante comunes, pues se pueden encontrar en muchos fármacos comercializados actualmente, aunque no suelen darse en un elevado porcentaje de los consumidores (os sorprendería la cantidad de “posibles” efectos secundarios de los fármacos con tan solo leer el prospecto, pero no os asustéis, se suelen dar en pocas ocasiones, sino el fármaco no sería catalogado como seguro y no se vendería).

Por tanto, ahora solo cabe esperar que los siguientes ensayos tengan éxito y los efectos secundarios sean tan leves como parecen hasta ahora. Veremos si en unos años esta nueva medicación puede reducir la obesidad en la población, que cada vez es más prevalente y asocia muchísimas otras enfermedades a ella.

Vía | EuropaPress.

Imagen | ShutterStock.

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