En alguna ocasión hemos hablado de los tratamientos a base de sprays nasales. ¿Recordáis cuando os hablamos de los beneficios de la oxitocina en spray? Pues bien, hoy volvemos con este método de consumo de fármacos, pero esta vez no será para detectar emociones ajenas como sucedía con la oxitocina, sino para el tratamiento de la segunda causa de discapacidad mundial: La depresión.
Un aerosol nasal, la nueva terapia contra la depresión
El invento corre a cargo de una nueva investigación por parte del Centro para la Adicción y la Salud Mental (CAMH) de EE.UU, cuyo trabajo se ha publicado online en la revista Neuropsychopharmacology. Pero la idea no es nueva, ya que en un anterior estudio publicado en Nature Medicine en 2010, el Dr. Fang Liu, investigador principal del trabajo del que hablamos hoy, lideró otro estudio en el que se desarrolló una proteína enfocada al tratamiento de la depresión con efectos secundarios mínimos. El problema era que, aunque igual de eficaz que los antidepresivos convencionales y sin efectos secundarios, era necesario inyectar el fármaco en el cerebro, pues por vía oral no superaba la barrera hematoencefálica y nunca llegaba a las concentraciones necesarias para realizar su función.
Ahora han encontrado la solución a su problema: Spray nasal. Desarrollado en primera instancia por la compañía Impel Neuropharma, este spray consigue que la proteína desarrollada llegue al cerebro y realice su efecto antidepresivo, mejorando sobre los otros antidepresivos (ya que no tenemos los efectos secundarios de estos):
“Es la primera vez que se utiliza un tratamiento vía intranasal para tratar la depresión”
Un enfoque totalmente nuevo contra la depresión
La función de este péptido en spray es interrumpir la unión de dos receptores de dopamina (D1 y D2), que se han detectado en mayor cantidad en los cerebros de las personas con depresión mayor. Si se interrumpe su unión, se da lugar a los efectos antidepresivos. Es un enfoque totalmente nuevo, pues anteriormente se confiaba en antidepresivos que bloquean los receptores de serotonina y noradrenalina en un intento de que estas moléculas permanezcan el mayor tiempo posible en la sangre, evitando así el efecto de la depresión.
Actualmente este equipo de investigadores está intentando que el péptido se descomponga más lentamente a la vez que llega más rápido al cerebro, mejorando así sus efectos. Esperemos que todo vaya bien, pues actualmente el 50% de las personas que sufren depresión no responden a los tratamientos más utilizados.
Vía | PsyPost.