Usando Aspirina para prevenir Alzheimer y Parkinson

aspirina

Parece que la Aspirina, cuyo nombre común es ácido acetil salicílico, tiene muchas más funciones de las que cabría esperar. La primera y original función era antiinflamatoria y analgésica, pero posteriormente se supo que podría usarse como prevención de reinfartos cardíacos e incluso en prevención de ictus. Recientemente hablamos de cómo la Aspirina había demostrado potencial contra el cáncer.

Ahora, lejos de acabar sus funciones, parece que la aspirina podría tener potencial contra enfermedades neurodegenerativas como Alzheimer y Parkinson.

Alzheimer y Parkinson, el nuevo campo de batalla de la Aspirina

diagnosticar Alzheimer y Parkinson

Al menos a esa conclusión se ha llegado en un reciente estudio publicado en PloS ONE, a cargo del Boyce Thompson Institute for Plant Research, donde se ha llegado a afirmar que la Aspirina podría prevenir enfermedades neurodegenerativas (donde destacan Parkinson y Alzheimer).

Para dicha investigación, Daniel Klessig y sus colegas se centraron en la acción de la Aspirina sobre una enzima en cuestión, la gliceraldehído 3-fosfato deshidrogenasa (GAPDH para los amigos, y también para nosotros a partir de ahora). Dicha enzima parece ser la culpable del desarrollo de diferentes enfermedades neurodegenerativas como la enfermedad de Huntington, Alzheimer y Parkinson.

La GAPDH tiene un papel fundamental en el metabolismo de la glucosa, pero también lleva a cabo otros mecanismos celulares como la señalización.

Por su parte, se especula con que el estrés oxidativo (causado por la falta de oxígeno cerebral) contribuye al desarrollo de estas enfermedades neurodegenerativas, creando así un ambiente de exceso de radicales libres y otros compuestos reactivos. Aquí es donde entraría en juego GAPDH, que se modifica y entra en el núcleo de las neuronas para modificar la rotación de las proteínas, llevando a su muerte celular.

La Aspirina y la enzima problemática cerebral

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En este caso, los investigadores identificaron que el ácido acetil salicílico (Aspirina) podía unirse a esta enzima problemática, la GAPDH. Además, detectaron que existían otras sustancias que podían unirse de forma más potente a esta enzima y bloquearla en el núcleo (impidiendo así la muerte celular neuronal). Una de estas sustancias es un derivado natural de la Aspirina, y la otra es un derivado sintético producido en laboratorio.

Las diversas y útiles funciones de la Aspirina

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Asimismo, a principios de 2015 Klessing y sus colegas también demostraron que las bajas dosis de Aspirina pueden bloquear a otra proteína llamada HMGB1, causante de inflamación en enfermedades como la artritis, lupus, sepsis, arteriosclerosis y algunos cánceres (y los derivados de la Aspirina ejercían una función hasta 40-70 veces más potente).

Como bien comenta el mismo Klessing, la mejor comprensión de la Aspirina y su potencial contra moléculas como GAPDH y HMGB1, junto con el descubrimiento de sus derivados más potentes, pueden llegar a proporcionarnos nuevos tratamientos basados en este medicamento viejo conocido para tratar o prevenir diversos tipos de enfermedades que parecen muy diferentes entre sí, pero comparten patrones comunes a nivel molecular.

Vía | PloS ONE.

Fuente | Boyce Thompson Institute for Plant Research.

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