La famosa diabetes se manifiesta mayoritariamente en su variante tipo 2, y caracterizada por ser una enfermedad crónica (dura toda la vida) que consiste en la reducción de la sensibilidad a insulina en varios tejidos, favoreciendo así la acumulación de azúcar en sangre. Por lo general, esta enfermedad aparece con el tiempo, y es más frecuente en personas con sobrepeso que en personas de constitución delgada. La relación entre grasa y diabetes es más importante de lo que creíamos.
Gracias a esta relación, los investigadores de Melbourne’s Walter and Eliza Hall Institute y RIKEN Institute, en Japón, encontraron que existe una forma de curar la diabetes tipo 2 en laboratorio, mediante la reducción de la respuesta inflamatoria del tejido adiposo (grasas).
La clave está en los linfocitos T reguladores
El doctor Ajith V. y el doctor Axel Kallies, junto a sus compañeros de laboratorio han descubierto que las células especializadas inmunes, como los linfocitos T reguladores (también conocidos como Tregs), juegan un papel vital en el control de la inflamación en el tejido adiposo y en el mantenimiento de la sensibilidad a la insulina.
Alrededor de 366 millones de personas en todo el mundo, y sobre 5,3 millones en España, sufren de diabetes tipo 2, y las cifras siguen subiendo. El problema de esta enfermedad es que está estrechamente asociada a nuestro estilo de vida, siendo sus principales culpables el sedentarismo, la alimentación y el estrés.
Las personas que padecen de esta enfermedad experimentan una sensibilidad a la insulina menor que la de una persona sana, por lo que sus células no responden de la misma manera a ella. Esta disminución en la sensibilidad parece ser el resultado de un proceso de larga duración, causado por la inflamación en el tejido adiposo de las personas obesas.
En los estudios realizados, han encontrado una hormona, la interleucina 33 (IL-33) que incrementa de forma selectiva la producción de linfocitos T reguladores en las grasas, de forma que se controle de una forma más efectiva la inflamación del tejido y con ello la sensibilidad a la insulina. De esta forma podríamos no solo disminuir los efectos de la diabetes tipo 2, sino incluso revertirla.
Las personas que sufren de obesidad poseen menos interlucina 33
El motivo por el que los doctores Ajith y Axel hayan podido encontrar la relación entre linfocitos T reguladores y grasas es el resultado de los análisis de tejido graso en personas obesas. Estos informes han encontrado que en personas que padecen de obesidad, los niveles de interleucina 33 son bajos, y con ellos los de linfocitos T reguladores, produciéndose así una mayor inflamación.
El doctor Ajith afirma, que este descubrimiento supone un nuevo enfoque a las grasas, de las que siempre hemos conocido bajo su capacidad de almacenar energía.
“Cada vez conocemos mejor las características del tejido adiposo para regular la producción hormonal y el desarrollo. Mantener nuestro tejido adiposo sano es importante para nuestro bienestar, y nuestra investigación remarca la importancia en el desarrollo de enfermedades”
Fuente | Nature