No es nuevo el tema de las adicciones en MedCiencia, pues ya hemos hablado de ello en varias ocasiones. Es por eso que ya sabemos que superar una adicción es un proceso largo en que hay que tener mucha paciencia, constancia, fuerza de voluntad y seguramente también algo de ayuda. Podemos encontrar ayuda psicológica y también farmacológica. La información que os traemos hoy va centrada en esta última: vacunas para controlar la adicción.
Desde hace ya algunos años hemos podido escuchar que los científicos estaban investigando en una vacuna contra el tabaquismo. Pues bien, aunque parece que NicVax, el nombre comercial de la vacuna, no está dando los resultados que se esperaban (especialmente por su falta de efecto a medio plazo), previsiblemente a finales de este año estará listo el antídoto contra la nicotina, según afirma Iván Montoya, director clínico de Farmacoterapia del National Institute of Drug Abuse (NIDA). No obstante, de momento su utilización irá destinada únicamente a fumadores, es decir, no será utilizada como medida preventiva para no “engancharse” al tabaco.
El antídoto funciona con bacterias o virus a los que se les asocia la molécula que crea adicción (en el caso del tabaco la nicotina, aunque también podría utilizarse con otras sustancias adictivas) de modo que el organismo, para combatir esa invasión, genera anticuerpos que secuestran la sustancia adictiva evitando que llegue al cerebro. De esta forma, la nicotina (o cualquier otra sustancia adictiva utilizada) al no llegar al cerebro no causa sensación de placer y por tanto adicción.
Sin embargo, ¿la creación de vacunas como medida preventiva podría significar que en un futuro las adicciones desaparezcan? Según David Nutt, profesor de Neuropsicofarmacología del Imperial College de Londres, sí, ya que afirma que en 20 años podríamos asistir al desarrollo de agentes bloqueadores de los efectos de las drogas y de sustitutos de fármacos. Sin embargo otro científico del NIDA, Ruben Baler, asegura que:
“Sería prematuro llegar a la conclusión de que las adicciones desaparecerán, pues en este momento el uso de una vacuna está limitado al tratamiento de sobredosis aguda y como coadyuvante para mejorar la eficacia de las terapias de adicción”
Sobre la utilización de estas vacunas como medida de prevención Baler comenta que es posible, pero que su aplicación dependerá de factores no científicos como es la respuesta social y las implicaciones éticas y políticas. Y es que, prevención podría suponer vacunación en masa, de forma similar a como se vacuna contra enfermedades como la hepatitis B o la varicela.
José María Ordovás, director del laboratorio de Nutrición y Genómica en USDA-Human Nutrition Research Center on Aging en la Universidad de Tufts, Boston, afirma que esto sería jugar con la inmunología en procesos no infecciosos, que además de las drogas pueden incapacitar a un sujeto a llevar a cabo reacciones necesarias en un momento determinado. Así, plantea:
“¿Qué pasaría si se necesita consumir determinada droga por razones terapéuticas y se está vacunado desde la niñez contra la misma? ¿Y con el uso de los anestésicos? ¿Con los efectos beneficiosos del consumo moderado de alcohol?”
Como veis, un tema polémico. Sin embargo, la mejor vacuna contra las sustancias adictivas es la convicción de la misma persona a no probarlas. Ordovás lo tiene claro “mejor incidir en el ambiente que en los genes”.
Vía| El País