El vino tinto es una parte importante de nuestra cultura gastronómica y por ello no es casualidad que la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria establezca en la pirámide de la alimentación saludable que su consumo moderado, puede formar parte, perfectamente, de una alimentación sana en las personas adultas. Ahora, además, con un estudio llevado a cabo por investigadores del Hospital Clínic de Barcelona junto con el Instituto de Salud Carlos II y que ha sido publicado en Circulation Research, se sugiere que el vino tinto sin alcohol puede ayudar a disminuir la presión arterial sistólica y diastólica en hombres con problemas cardiovasculares.
Esto parece ocurrir porque aumentan los niveles de óxido nítrico, una molécula que ayuda a dilatar los vasos sanguíneos permitiendo así un flujo de sangre más desahogado.
El estudio, aún con una muestra un tanto raquítica, parece bastante prometedor, aunque por ahora los resultados sólo pueden trasladarse a hombres, ya que deberán realizarse nuevos estudios para comprobar si también se observa mejora de la presión arterial en mujeres. Y es que, la investigación contó con 67 sujetos, todos ellos varones que presentaban diabetes o más de tres factores de riesgo cardiovascular. A todos se les pautó una alimentación idéntica, aunque en las comidas a unos se les dio de beber vino tinto, a otros vino tinto sin alcohol y a unos últimos ginebra.
Los resultados obtenidos tras 4 semanas de investigación mostraron que los varones que habían bebido vino tinto sin alcohol fueron los que más disminuyeron su tensión. En concreto, 6 mmHg en la tensión alta o sistólica y 2 mmHg en la tensión baja o diastólica. En los otros grupos que bebieron vino tinto con alcohol o ginebra apenas se hallaron cambios en la presión arterial. La hipótesis de este hecho está en los polifenoles del vino tinto sin alcohol, que son los mismos (misma cantidad) que los del vino tinto habitual, sólo que sin aportar alcohol.
Gemma Chiva Blanch, dietista-nutricionista y una de las investigadora del estudio comenta que:
Investigaciones anteriores demostraron que el consumo moderado de vino tinto (dos copas para los hombres y una para las mujeres) tiene efectos positivos para el colesterol y la aterosclerosis. Sin embargo para reducir la presión arterial es el vino tinto sin alcohol es el que produce este efecto
Por su parte Ramón Estruch también investigador del estudio, argumenta las mejoras del perfil lipídico y del metabolismo de la glucosa, así como el efecto antioxidante del vino tinto sin alcohol. Aunque, eso sí, matiza que su consumo siempre debe aconsejarse dentro de un patrón de dieta mediterránea y un estilo de vida activo. Ante datos tan prometedores, queda esperar que nuevas investigaciones con un mayor número de sujetos estudiados corroboren tales resultados.
Si es así, veremos si el Tribunal de Justicia de la Unión Europea permite anunciar efectos positivos sobre el vino tinto “sin”, ya que ayer mismo prohibió usar declaraciones de salud en el vino tinto con alcohol para, precisamente, “proteger la salud de los consumidores”.
Vía| ElMundo
Imagen| carpediemclub