Violencia doméstica hacia el hombre, cuando la mujer es la que abusa. – Medciencia

Este es un tema que está muy poco hablado. Se habla mucho de las víctimas de violencia de género, las mujeres. Pero aunque es cierto que se dan muchos casos de violencia de género también es cierto que se dan casos de violencia o abusos en la pareja hacia los hombres. Hoy no vamos a hablar pues de la violencia hacia la mujer sino de los casos en los que son los hombres los que sufren el acoso.

El maltrato psicológico hacia los hombres no se diferencia mucho del que sufren las mujeres, lo que pasa es que es menos probable que un hombre lo saque a la luz, lo denuncie o pida ayuda por el hecho de que la sociedad tiene unos tabúes y una imagen del hombre en la que este debe ser fuerte y “superior” a la mujer (aunque no queramos reconocerlo seguimos teniendo muchos prejuicios) y a ellos tal vez les heriría más el orgullo reconocer una situación así. Además igual que se da con la mujer, el hombre maltratado teme perder a su pareja si denuncia, perder su amor o provocar más ira. Suelen ser amigos o familiares quienes impongan las denuncias.

Evolución del maltrato:

El maltrato suele escalar. Está claro que si un día vienen y nos dan una paliza no es lo mismo que si primero se empieza por controlar los gastos, el dinero, las salidas… Hasta aquí bien, bueno por amor muchos lo pasaríamos por alto tal vez, luego aparece el insulto ocasional, la manipulación emocional, la culpa… Empiezas a pensar que no vales, que esa persona tiene razón (es lo que pretende conseguir el maltrato y lo hacen muy bien). Empiezas a sentirte mal contigo mismo y pensar que la otra persona tiene razón, que tienes suerte de que esté contigo… Te grita de vez en cuando pero bueno es soportable… Cada conducta que pasas conduce a otra peor y a que tú la vayas a tolerar porque las conductas anteriores ya han cambiado como te sientes y quien eres… es un proceso en el que el maltratado pierde su autonomía, su autoestima, su decisión… hasta que llega un día en que con cualquier excusa (porque siempre la hay) esa persona te hace daño, te levanta la mano, te tira un cenicero o te empuja contra una pared… En un primer momento te choca y te enfadas… Pero el maltratador siempre tendrá una buena excusa, siempre tendrá una buena disculpa y unas palabras acarameladas (es la fase denominada “luna de miel” y la que engancha a la víctima) con las que convencerte de que eso no volverá a pasar (lo cual es bastante improbable). Puede que fuera en una discusión, puede que te diga que hiciste algo que le enfadó o que había tenido mal día en el trabajo o había bebido… la cuestión, da igual… Ya has cruzado esa fina línea. Has dejado que te agredan, y aunque no lo creas eso hará mella en tu autoestima haciendo que la próxima vez sientas aún menos fuerzas para luchar contra ello (y con eso cuenta el maltratador). Y, cómo no, la siguiente agresión aparecerá, con sus justificaciones y todo lo que quieras pero seguirá siendo una agresión, tal vez sean pequeñas al principio, no sufras daños y las pases, pero irán escalando y cuando te quieras dar cuenta tendrás miedo. Un miedo que te mantendrá enganchado, oscilando entre el amor y el odio, tendrás tanto miedo a vivir con ella, como miedo a vivir sin ella, una combinación que acabará por minar tu personalidad, dejarte sin fuerzas y sin dirección a merced de la autoridad de esa mujer. Y, cómo no, te sentirás culpable por haber dejado las cosas llegar hasta aquí y sentirás vergüenza de contarlo. La maltratadora lo ha conseguido, ha cerrado el bucle, el ciclo.

Aunque haya utilizado las palabras en forma de segunda persona esto no quiere decir que la víctima sea el culpable, ¡ni mucho menos! Sin embargo forma parte de la rueda que mantiene el maltrato. Si la víctima se marcha o desaparece está claro que el agresor no podrá seguir agrediendo. El agresor es el que está cometiendo un acto ilegal.

No todos los casos son así. Hay diferentes tipos de maltrato: El psicológico, el físico, una combinación de los dos… El más difícil es el psicológico porque parte de la función del mismo es que no lo veas como tal, el poder del maltratador es hacer que la víctima crea que se lo merece y que es normal, que no debe quejarse, es una manipulación y anulación de la persona que puede no darse cuenta de en el bucle en el que entra. El maltrato físico es más llamativo, sobretodo de puertas a fuera, pero este suele ir acompañado de maltrato psicológico.

El maltrato crea dependencia, es una alternancia continua entre refuerzo y castigo que confunde y engancha a la persona que lo sufre, una vez se entra en la dinámica es difícil salir, cuando ya se ha perdonado una conducta es difícil cognitivamente aceptar ese error y seguir otro camino, esto se debe a que se produce una disonancia cognitiva entre lo que esperamos y la realidad, una disonancia que implica que hemos tomado una decisión errónea y que va a volver a ocurrir, esto nos produce dolor y por ello es más fácil pensar que cambiará, que la próxima vez será diferente… Y seguir haciendo lo mismo. Pero no suele ser así.

Se suele decir que existen perfiles pero esto NO quiere decir que siempre sea así, cualquier persona puede ser maltratada o acabar maltratando a alguien, no hay personas “débiles” o “fuertes”. Tampoco queremos decir que ninguna de las circunstancias que enlistamos justifique de ninguna manera la conducta del agresor.

Perfil del hombre maltratado:

Suelen se hombres con poca confianza en sí mismos, con baja autoestima y pocas creencias de valía. Suelen ser más pasivos que la mujer con la que están y tolerar las vejaciones. Necesitan la aprobación de la pareja.

Pueden identificar a la pareja como una figura maternal, punitiva. Consideran los malos tratos como algo “normal”.

Puede que haya sufrido maltratos de pequeño o los haya vivido en la familia.

Su concepto del amor le lleva al sacrificio y a la dependencia.

No contemplan la forma de salir de esa relación y sobrevaloran a la otra persona (el maltratador), lo idealizan, creyéndose inferiores, de esta forma no se ven capaces de poder seguir adelante solos.

Suelen ser u hombres muy sobreprotegidos, que han crecido acostumbrados a la dependencia de los demás u hombres educados para volcarse en los demás y priorizar las necesidades de los otros.

Presentarán síntomas de estrés, ansiedad y problemas somáticos: de sueño, dolores de cabeza, problemas gastrointestinales…

Es probable que acabe distanciándose de las amistades y/o familia y sintiéndose diferente al resto.

Perfil de la mujer maltratadora:

Suelen se mujeres controladoras, posesivas y celosas (patológicamente). Ven a la pareja como una propiedad suya e intentan controlar su manera de vestir, comportarse, de ser.

Puede que se sienta fracasada, frustrada o que tenga baja autoestima y supla estos sentimientos mediante la necesidad de control de la otra persona.

Utilizan la agresividad como un medio para conseguir lo que quieren. Suelen vigilar o controlar las actividades de la familia.

Siempre busca la culpa del otro.

Son reservadas y manipuladoras y no suelen reconocer sus errores. Tienen dificultades para expresar sus sentimientos.

Tienen una ideología y unas creencias muy rígidas. Así mismo tiene una concepción estricta de los roles en la familia y puede desautorizar al padre delante de los hijos.

Se comporta de forma diferente en lo privado y lo público.

Aprendieron de pequeñas a ser violentas, concibiendo la violencia como una forma de relacionarse y conseguir lo que quiere. Puede que sufriera o fuera testigo de malos tratos.

Pueden presentar rasgos psicopáticos. Suelen ser muy amables con el resto de gente, excepto con la víctima (lo cual suele hacer que luego no les crean).

Tiene cambios bruscos de humor y culpa a la víctima cuando algo va mal.

Un dato muy interesante es que tanto maltratador como el maltratado comparten la baja autoestima.

¿Qué se puede hacer?

Se debe apoyar a la persona maltratada, intentando fomentar su autonomía y su autoestima, que coja fuerzas, piense como era antes de todo esto, como podría ser su vida.

Los malos tratos son difíciles porque muchas veces las partes implicadas no quieren ayuda. Pero el tratamiento psicológico puede ayudar mucho, a ambas partes de hecho, tanto al agresor (que puede buscar ayuda para dejar de comportarse así) como para la víctima que desea sentirse mejor, disminuir su ansiedad o tal vez desea ayuda para dejar la relación destructiva. Incluso se puede llevar a cabo una terapia de pareja si ambas partes consienten (suelen ser casos no tan graves o en fases iniciales, cuando aún es “viable” o no ha escalado).

Otro apoyo importante es la ayuda legal, hay muchos servicios de asesoramiento o abogados especializados en estos casos, ya estemos hablando de denuncias, divorcios o problemas de custodias. También hay opciones como la mediación.

La familia y los amigos harán un trabajo importante. Pueden ofrecer apoyo, ayuda y guía.

Si sufres malos tratos o conoces a alguien que los sufra NO DUDES en pedir ayuda, hay gente que quiere y puede ayudarte, si aun no te sientes con fuerzas para dar el paso en internet hay blogs, foros y webs de apoyo a personas que sufren malos tratos: Hombres maltratados.com

Fuente: Psicoterapeutas, Perfil psicológico, Derechoycambiosocial, ponencia.

Imagen: Wikimedia Commons.

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